Cuando aún quedaba más de un año para la fatídica DANA que dejó 229 muertos en el País Valencià, Carlos Mazón ya protagonizó una de las peores fotografías que podía tener un dirigente del PP; un ingrediente perfecto para Pedro Sánchez y su campaña del miedo en unas posteriores elecciones generales —las del 23-J de 2023— que le permitieron permanecer en la Moncloa una legislatura más. En la instantánea, el entonces líder de Vox en esta autonomía y también condenado por maltrato a su exesposa, Carlos Flores, sirve un vaso de agua a quien se convertiría en el nuevo president de la Generalitat Valenciana. Estaban firmando un acuerdo de investidura y de estabilidad de la legislatura. Mazón fue el primer popular que llegaba a un acuerdo con los ultraderechistas tras las elecciones autonómicas del 28-M del 2023. Y ahora, por manías del destino, su dimisión acaba de poner en bandeja a Sánchez la posibilidad de hacer un remake de aquella campaña basada en ‘o yo o los neofranquistas’.

Las próximas elecciones autonómicas deben celebrarse en 2027, pero ya hay algunas comunidades que el próximo 2026 convocarán a los ciudadanos a las urnas. El tablero político comienza a sacudirse y ya se visualiza en el horizonte el inicio de un nuevo ciclo electoral. Es el caso de Castilla y León y Andalucía, así como Extremadura, que ha decidido anticipar los comicios. En el País Valencià, en principio, no es imperativo que haya nuevas elecciones, pero sí que habrá negociaciones entre PP y Vox; entre la derecha y la extrema derecha. Los partidos de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal mantienen conversaciones para encontrar a un sustituto de Mazón al frente de la Generalitat Valenciana.
Este viernes se puso en marcha el contrarreloj para encontrar a un nuevo presidente valenciano porque el Gobierno publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el cese de Mazón como jefe del ejecutivo en esta autonomía. Esta vez no se ha incluido el formalismo habitual de agradecimiento a los servicios prestados. “La ausencia de esta fórmula responde a motivos obvios”, apuntaban fuentes de la Moncloa. Ahora tienen 12 días para presentar a un candidato a la investidura, que debería celebrarse entre tres y siete días después de la finalización de este plazo. Si las Cortes no consiguieran investir a un nuevo presidente en un plazo de dos meses desde el primer debate de investidura, la cámara se disolverá y se convocarán nuevas elecciones.
La dimisión de Mazón llega en un momento estratégicamente ideal para Sánchez
“En las últimas semanas ha habido una serie de coincidencias” que son positivas para Pedro Sánchez, admiten a este periódico fuentes de la sala de máquinas de la Presidencia del Gobierno. La dimisión de Mazón ha sido la guinda del pastel. Ha llegado en un momento ideal para los socialistas: se ha reactivado la comisión de investigación de la DANA, el funeral de Estado certificó la rabia que le tienen los familiares de las víctimas de la catástrofe meteorológica a Mazón, y la jueza ha pisado el acelerador y ha citado a declarar a la periodista del Ventorro, Maribel Vilaplana.
Ahora, además, se repetirá una de las fotografías preferidas de Pedro Sánchez: la derecha y la extrema derecha nuevamente sentados para acordar un relevo al presidente negligente que carga sobre sus espaldas la muerte de 229 personas. “Estas negociaciones en el País Valencià son una vergüenza y nos ayudan a visualizar” la relación entre PP y Vox, apuntan. Y destacan que pasará lo mismo con Extremadura, donde se han adelantado las elecciones. “La futura formación de gobierno en esta autonomía interesará a todo el Estado” porque el PP, previsiblemente, se verá nuevamente obligado a entenderse con Vox.
“Nuestro objetivo es conseguir que la gente diferencie a unos de otros; y visualizar que Vox no es esa cosa simpática de TikTok, sino que pretende prohibir que puedas abortar, entre tantas otras cosas”, insisten estas mismas fuentes. De hecho, el partido de Santiago Abascal exige al de Alberto Núñez Feijóo que el candidato a la presidencia valenciana rechace completamente el Pacto Verde europeo y también reniegue de la política en inmigración que permite la acogida de inmigrantes irregulares. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este pasado martes, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, no escatimó en reproches hacia Feijóo y su "falta absoluta de liderazgo", más que hacia Mazón, cuando solo habían pasado veinticuatro horas desde que el president de la Generalitat Valenciana había anunciado su dimisión. La también ministra de Educación se quejaba de que el PP no ha convocado elecciones en el País Valencià.
"En lugar de dejar que fueran los valencianos los que escogieran su futuro, han decidido dejarlo en manos de los ultraderechistas; el País Valencià no merece dos años de prórroga indecente; ya ha perdido suficiente tiempo", apuntaba. La portavoz del ejecutivo de Sánchez también se refería a la suma de PP y Vox como "coalición negacionista" y denunciaba a los populares por "mimetizarse" en la extrema derecha, en lugar de "combatir sus bulos". De hecho, el mismo Pedro Sánchez exigió este viernes en una rueda de prensa desde Brasil que se celebren elecciones en el País Valencià para "romper la mayoría negacionista de PP y Vox".
Señalamiento a las negligencias
Además de la campaña del miedo, fundamentada en la llegada de la extrema derecha a las instituciones, Pedro Sánchez también tiene otra arma de erosión. Se basa en señalar al PP como una formación negligente en la gestión autonómica, sobre todo por una apuesta por la privatización en detrimento de los servicios públicos. “Nosotros establecemos una correlación directa entre la DANA del valenciano Mazón, las residencias de mayores de la madrileña Isabel Díaz Ayuso, los incendios de este verano en varias autonomías, y los cribados de cáncer de mama del andaluz Juanma Moreno”, confirman desde Moncloa.