El alegre y eficaz embajador Simon Manley —un currículum diplomático formidable, especialmente respecto a Europa- está casado y tiene tres hijas con la catalana Maria Isabel Fernández Utgès, una abogada del despacho británico Bristows, especializada en propiedad intelectual, competencia y regulación. Manley visita Catalunya con frecuencia notable.

En marzo del 2016, aprovechando un Barça-Arsenal, se entrevistó con el Presidente Puigdemont y también con Inés Arrimadas, Miquel Iceta y Xavier Garcíaa Albiol, para conocer su versión de la situación en Catalunya, además de sondearlos sobre la de España. Lo comunicó en su cuenta de Twitter. Manley fue uno de los primeros en visitar al recién nombrado delegado del Gobierno español en Catalunya, Enric Millo, en diciembre de 2016. El pasado 21 de marzo volvió a entrevistarse con él.

El Ministerio de Exteriores español, sin embargo, no le pierde ojo. En mayo de 2016, Manley tuvo que rectificar un tuit que había colgado después de encontrarse con el vicepresident Oriol Junqueras. "Ha sido un placer (otra vez) hablar sobre la relación económica entre el Reino Unido y Catalunya", decía. La equiparación molestó al ministerio.

El secretario de Estado para la UE, Fernando Eguidazu, lo llamó varias veces, mientras el entonces ministro Margallo presionaba a su homólogo británico. Manley encontró la diplomática salida de responder así a Junqueras: "Valoramos las relaciones que tenemos con todas las comunidades autónomas", pero sin borrar el primer tuit.

Las relaciones del ejecutivo de Rajoy y el embajador británico no son buenas. Manley es un hueso duro de roer respecto a Gibraltar, carpeta de la que se ocupó en el Foreign Office antes de ser embajador, y desde donde hizo sudar tinta a la diplomacia española. No hace mucho, felicitó a Gibraltar por su ingreso en la FIFA, cosa que mosqueó al Gobierno de España.

La última en que se ha visto es la gestión del aplazamiento de la visita oficial de los Reyes Felipe y Letizia a Londres, inicialmente prevista para el 8 de junio. Pero ese es el día escogido por la primera ministra Theresa May para convocar las elecciones legislativas. Esta visita ya se había aplazado en 2016 por las dificultades en formar gobierno en España. Ahora se ha fijado para el 12-14 de julio.