¿Quién decidió marginar al president de la Generalitat, Quim Torra, de la posición de preeminencia que le corresponde en el palco del Futbol Club Barcelona en el partido del domingo pasado entre el Barça y la Real Sociedad? ¿Por qué razón Torra no pudo tener el reconocimiento que, antes que a él, se le había otorgado al president Carles Puigdemont y a todos y cada uno de los presidentes anteriores desde la restauración de la Generalitat?

Esta decisión, justamente en el momento en que la Generalitat vive el momento más delicado en plena suspensión del autogobierno y con un proceso extraordinariamente complejo para conseguir sacar adelante la investidura, sorprendió y de manera muy desagradable el personal del Govern que acompañaban a Torra y que hicieron saber su descontento con un cambio que ni siquiera se les había comunicado. Fue Torra, aficionado al Barça y en su tercer día como president, quien evitó que la polémica fuera a más. El president optó por quitar hierro a la situación y ocupó el asiento que le habían asignado, a la derecha del presidente del Club, Josep Maria Bartomeu.

Oficialmente, según explicó este martes Bartomeu en una entrevista a Catalunya Ràdio, todo forma parte de un cambio de protocolo en el palco "adoptado hace meses" y, en virtud del cual, a partir de ahora será el presidente del Club quien presida siempre los partidos. "Creo que soy el presidente del Barça, votado por los socios, y tengo que representar al Club en los partidos", argumentó en la entrevista, donde añadió: "Estoy muy contento con que Quim Torra venga al palco y tenga un sitio de honor a mi lado, como a veces hace también el presidente del Parlament".

Decisión de Bartomeu

El hecho, sin embargo, es que este supuesto "cambio de protocolo" era del todo desconocido, la junta directiva no lo había comunicado a la opinión pública como acostumbra a hacer con sus acuerdos. Fuentes consultadas por El Nacional aseguran que fue un cambio de último momento. Incluso, que se trataría de una decisión personal del presidente blaugrana, adoptada poco antes del partido y sin ningún debate con la junta directiva.

Esta circunstancia explicaría el hecho de que ni desde la presidencia del Barça, ni ningún miembro de la junta, ni tampoco los experimentados servicios de protocolo del Barça hubieran avisado antes del partido de esta circunstancia al gabinete del president de la Generalitat. Quim Torra supo que Bartomeu no le cedería la presidencia del palco minutos antes de entrar a ocupar su lugar. La situación provocó unos momentos de tensión entre los servicios del Barça y el personal del Govern.

El gesto de Bartomeu ha roto este domingo una tradición muy arraigada en el Club que históricamente ha ofrecido el lugar más importante del palco al president de la Generalitat cuando acude al estadio. No hay un protocolo escrito, pero sí una trayectoria de décadas que se ha acabado convirtiendo en la norma habitual en el palco. A partir de ahora, ya no será así. A partir de ahora, pasará como en el estadio del Real Madrid, donde el presidente del Club, Florentino Pérez, siempre preside el palco.

La cuestión, sin embargo, es que el Barça no es el Real Madrid. La polémica sobre el reconocimiento que el Club brinda al president de la Generalitat viene a añadirse a otras polémicas políticas en que se ha visto envuelto el Barça, a menudo a raíz del proceso soberanista. De hecho, la decisión del Club de mantener el partido ante Las Palmas el pasado 1 de octubre, después de la violencia policial durante el referéndum, y celebrarlo a puerta cerrada provocó una crisis interna que acabó con la marcha de la junta de los directivos Carles Vilarrubí y Jordi Monés.