El presidente en el exilio, Carles Puigdemont, ha citado al grupo parlamentario de Junts per Catalunya en Waterloo los próximos días 15 y 16 de septiembre con el objetivo de dar por iniciado el curso político, tal como ha podido confirmar El Nacional.cat y ha avanzado El Periódico. Aunque el Parlament no celebrará ninguna sesión plenaria antes del 30 de septiembre, el presidente juntaire, Carles Puigdemont, ya trabaja en varias reuniones, ya sea a través de la ejecutiva o de los grupos parlamentarios, para actualizar la estrategia de la formación política. De hecho, este mismo miércoles, el secretario general de Junts, Jordi Turull, se ha reunido con todos los presidentes de veguería de la formación. Antes de la Diada nacional de Catalunya, además, el presidente Puigdemont presidirá la reunión del comité permanente del partido en Bélgica.

Mientras el Govern ya ha celebrado su primera reunión del Consell executiu y este fin de semana se va de convivencias, el principal grupo de la oposición ya trabaja para arrancar el curso político. Tanto es así que el secretario general de Junts, Jordi Turull, ya ha cerrado la puerta a negociar unos presupuestos de la Generalitat con el Govern presidido por Salvador Illa. "Somos la alternativa. Illa representa la antítesis de las políticas que son más necesarias que nunca para la clase media", defendió Turull hace unos días en una entrevista en EFE, desde donde apuntaba que los compromisos del presidente socialista con ERC y los Comuns para la investidura de Illa son "incompatibles" con lo que defiende Junts.

Primer año como principal grupo de la oposición

El grupo parlamentario juntaire ha afrontado su primer año como principal grupo de la oposición con varias carpetas abiertas: con su líder, Carles Puigdemont, en el exilio, y la fiscalización de los acuerdos del PSC con Esquerra Republicana. De hecho, los juntaires se han centrado sobre todo en lo que puede ser un talón de Aquiles del ejecutivo: el caos de Rodalies. También han criticado la promesa del Govern de tener presupuestos antes del 1 de enero del 2026 y han apretado con los conflictos en el Departament d'Educació. Asimismo, también han fiscalizado la agenda "desnacionalizadora" del Govern de Illa, con el uso del castellano, de la bandera española y las reuniones con el rey Felipe VI como principales críticas.

El escenario de choque frontal con los socialistas se contrapone a Madrid. A pesar de los reiterados avisos del mismo Puigdemont al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, los juntaires mantienen los contactos con los socialistas españoles e insisten en el cumplimiento de los acuerdos: delegación de las competencias de inmigración, aplicación de la ley de amnistía y la oficialidad del catalán en la UE.