El PSOE opta por la prudencia tras la decisión de la dirección de Junts per Catalunya de romper relaciones con ellos y situarse en el bloque de la oposición en el Congreso de los Diputados. En un comunicado cauteloso, los socialistas han respondido este lunes a Carles Puigdemont que “cumplen” el Acuerdo de Bruselas que permitió hace un par de años la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. “Todo lo que está en manos de otros, trabajamos para que se cumpla”, puntualizan. Minutos después de la rueda de prensa que ha ofrecido en Perpinyà el president de la Generalitat en el exilio, los socialistas apelan al diálogo y a la “mano tendida”. Fuentes de la Moncloa, paralelamente, reiteran su voluntad de “llegar a acuerdos” y de seguir gobernando “votación a votación”.
Entre las carpetas que hay sobre la mesa y que no se desencallan desde hace meses, hay elementos como la aplicación total de la ley de amnistía, la delegación de las competencias en inmigración, el bloqueo a la ley para endurecer las penas a los multireincidentes, la reforma de la ley contra las ocupaciones, así como la oficialidad del catalán en la Unión Europea. Precisamente sobre esta cuestión, el Gobierno de Sánchez movió ficha la semana pasada y, de repente, anunció que los ejecutivos español y alemán creaban una mesa bilateral para negociar un texto para hacer oficial el catalán, el gallego y el euskera en la Unión Europea.
Pero no es la única cuestión que depende de otros actores. La Generalitat no tiene actualmente delegadas las competencias en inmigración porque hace unas semanas Podemos se opuso y tumbó la ley que lo hubiera hecho posible en el Congreso. Los morados piden, como moneda de cambio, aprobar la Iniciativa Legislativa Popular que pretende regularizar a medio millón de inmigrantes. Y la amnistía no es plena porque aún no se ha aplicado a los líderes del Procés; entre ellos, Puigdemont. El Tribunal Supremo se niega inventándose nuevos supuestos de malversación que no están contemplados en la norma del olvido penal. La pelota está ahora sobre el tejado del Tribunal Constitucional, que deberá resolver en los próximos meses el recurso de amparo del president de la Generalitat en el exilio.
“Mano tendida” y un “canal de diálogo”
Este lunes, horas antes de la comparecencia de Puigdemont, la portavoz del PSOE, Montse Mínguez, no se ha pronunciado sobre la reunión de Perpinyà ni sobre futuros escenarios. "No haremos suposiciones sin escuchar ninguna valoración oficial", ha manifestado cuando los periodistas le preguntaban sobre cómo será a partir de ahora la relación entre los dos partidos, si temen que se impulse alguna moción de censura, cómo pretenden continuar la legislatura o bien si hay que convocar nuevas elecciones generales. Ahora bien, la socialista ha apelado al “diálogo, la negociación y la mano tendida” para intentar seguir sumando los votos del partido de Puigdemont a las iniciativas que se votan en el Congreso de los Diputados. “Vale la pena mantener un canal de diálogo”, manifiestan fuentes de Ferraz.
Se ha pronunciado de la misma manera la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, en una entrevista en TVE en la que ha señalado que "siempre hay altibajos" y ha confiado en que socialistas e independentistas conseguirán "superar esta situación". La también ministra de Hacienda ha ofrecido su "mano tendida" a los de Junts, además de añadir que son los independentistas quienes "deben explicar hasta dónde" llega su intención de romper relaciones. Y en los mismos términos se ha expresado el ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, que ha insistido en que el Gobierno tiene la "mano tendida" con Junts y ha asegurado que "cumple" los acuerdos de investidura.