Israel se convirtió este viernes en el primer país en reconocer la república independiente de Somalilandia, un antiguo protectorado británico situado en el noroeste de Somalia y al norte de Etiopía, en el Cuerno de África. Todo, entre las sospechas de que tanto el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planean reubicar gazatíes allí. Tras el anuncio, la expresidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) Elisenda Paluzie celebró el reconocimiento, ya que la entonces presidenta de la Organización de Naciones y Pueblos No Representados y exministra del país, Edna Adan, se encontró hace dos años con miembros de la entidad independentista y el presidente Pere Aragonès. Al día siguiente de la noticia, nos preguntamos qué es Somalilandia, el país que solo reconoce Israel y que ha mostrado complicidades con Cataluña.
En un artículo reciente, el portal de noticias de la BBC explica que se trata de un territorio semidesértico de una extensión de casi 138.000 kilómetros cuadrados (similar a Nicaragua) y con 3,5 millones de habitantes que proclamó la independencia de Somalia en 1991, hace 34 años. Si consulta la Wikipedia, verá que la extensión es de casi 177.000 kilómetros cuadrados y que la población es casi el doble, de 6,2 millones de personas. Esta diferencia se debe a un territorio en disputa entre Somalilandia y Puntlandia, otra república autónoma en el noreste de Somalia. La religión estatal es el Islam (sunnitas, principalmente) y ningua ley puede violar los principios de la sharia, siendo ilegal la difusión de cualquier creencia que no sea la islámica. En cualquier caso, el país que aquí nos ocupa fue un protectorado británico hasta el 26 de junio de 1960. Cinco días después, se fusionó con la Somalia italiana, y muchos somalilandeses se arrepintieron.
Hace dos años, la entonces presidenta de @UNPOintl y ex ministra de Somalilandia, @EdnaAdan estaba en Cataluña con la @assemblea. Hoy llegan los primeros reconocimientos para este estado independiente de facto y nos alegramos. ¡Enhorabuena @Somaalilanders! pic.twitter.com/ZvpNkoqHT9
— Elisenda Paluzie (@epaluzie) December 26, 2025
Un año después de la fusión, se celebró un referéndum para redactar una nueva Constitución, que contó con el rechazo mayoritario de los somalilandeses. Sin embargo, el texto salió adelante. En una década, el país colapsó: el general marxista-leninista Mohamed Siad Barre llegó al poder en 1969 tras un golpe de Estado y fundó la República Democrática de Somalia. Ahora bien, al polémico militar no le gustó nada ni a Somalilandia ni al resto del Estado y comenzó una revolución que acabaría con la caída de Siad Barre en 1991. Por el camino, el general cometió genocidio contra el pueblo isaaq en el norte de Somalia entre 1987 y 1989, de acuerdo con un informe de las Naciones Unidas. Además, la fuerza aérea bombardeó Hargeisa, la capital de la declarada República de Somalilandia, matando a miles de civiles y destruyendo parcialmente la ciudad. "Cuando me vaya de Somalia, dejaré edificios, pero no gente", prometió Barre a finales de los 80.
El fin del régimen militar desencadenó una guerra civil y, al mismo tiempo, la declaración unilateral de independencia de Somalilandia, hecho que la ha convertido en una especie de oasis en medio de una de las regiones más conflictivas del planeta. Sin embargo, el país todavía no es independiente oficialmente después de más de tres décadas, a pesar de que funciona como si lo fuera: tiene un sistema político propio, un Parlamento, una fuerza policial, una bandera, una moneda y sus propios pasaportes. Ahora, Israel sí que reconoce formalmente a Somalilandia como una nación soberana, pero el resto de la comunidad internacional todavía no: ni las Naciones Unidas, ni la Unión Africana ni la Liga Árabe. Ahora veremos si, a pesar de las oscuras intenciones que se puedan esconder, el reconocimiento israelí anima a otros Estados a hacer lo mismo.
Somalilandia, un oasis en la región
Como decíamos, Somalilandia es, a pesar de todo, mucho más estable que el resto de Somalia. Los expertos consideran el país como un ejemplo de democracia en la región, ya que los dirigentes llegan al poder tras elecciones disputadas con resultados que son respetados —incluso cuando gana la oposición, a diferencia de otros países africanos—. Es verdad que Hargeisa, la capital, es una ciudad con mucha pobreza y mucho paro, pero es una de las urbes más seguras de toda la región. Según el periodista somalí Farhan Jimale, citado por la BBC, la paz se debe a que el país la ha trabajado desde los 90: "Hubo ancianos locales que actuaron como mediadores. Reunieron a todas las comunidades locales y formaron un gobierno local que comparte el poder".
Este es precisamente uno de los motivos hoy para que los somalilandeses sigan reclamando la independencia total. Aunque el gobierno somalí ha logrado consolidar el control sobre la capital, Mogadiscio, es cierto que grupos islamistas como Al Shabaab todavía son una amenaza y han recuperado influencia en diversas zonas del Estado. "El principal argumento de los independentistas es que Somalia debe poner orden en su casa antes de sentarse a conversar", dice Jimale. Pero la decisión final, hoy por hoy, la tiene Mogadiscio, como ya pasó con Sudán del Sur —cuya independencia aceptó el gobierno sudanés después de un referéndum—. Lo que es cierto es que, mientras Somalia siga en una grave situación de inseguridad, la lucha independentista de Somalilandia no se detendrá.