El PSC ha negado que la B-40 sea el único escollo para los presupuestos, como dijo el Govern este martes. Ha sido la portavoz de los socialistas en el Parlament, Alícia Romero, quien este miércoles ha asegurado que hay otros puntos de desacuerdo en la negociación para las cuentas públicas de la Generalitat como las listas de espera o las tarifas de servicios sociales. Eso sí, ha mantenido la presión respecto del Cuarto Cinturón. Todo, el mismo día que Salvador Illa ha revelado que ha pactado con Pere Aragonès una semana más para los presupuestos.

En una entrevista en el programa Més 324, Romero ha defendido la necesidad de que el Govern haga la B-40 y que cumpla un plan de movilidad en el Vallès aprobado por el mismo ejecutivo catalán el año 2021. Además, ha recordado que el Estado está a disposición de la Generalitat en esta cuestión. Eso es así hasta el punto que la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, visitó Catalunya en verano por esta cuestión — aunque el Govern la plantó por la falta de inversiones. Quizás no será el único escollo para los presupuestos, pero sí que ha parecido ser el asunto más importante para el PSC.

Cesiones para los presupuestos

En cualquier caso, las palabras de Illa revelan que a las negociaciones les queda poco tiempo. Es por eso que hay que aprovecharlo y que "es el gobierno de ERC quien tiene que ceder", según la portavoz socialista. Romero ha defendido que el PSC ya cede cuando solo hace una lista de propuestas y no un presupuesto entero, haciendo "un acto de fe" a la hora de confiar en las cuentas públicas diseñadas por los republicanos. De hecho, el Govern es el único que puede ceder porque es el único que tiene autoridad para encajar las diferentes propuestas socialistas dentro de las partidas presupuestarias. "Tienen que decidir si quieren aprobar los presupuestos y si los quieren aprobar con el PSC. Si no les va bien y quieren otro de modelo de país, están en su derecho — pero que se busquen a otro", ha remachado. Aquí ha puesto el ejemplo de la renta mínima universal: el ejecutivo catalán la quiere, pero los socialistas piensan que es más interesante destinar el dinero que costaría a la cuestión de las tarifas de servicios sociales (una de las otras preocupaciones del PSC en esta negociación).

Más allá de negar que la B-40 sea el único escollo para los presupuestos, Romero también ha negado que la cumbre hispanofrancesa sea para decir que el procés se ha acabado. "Es para normalizar la situación", ha aclarado, antes de decir que entiende todas las posiciones — cuándo ha sido preguntada por la manifestación independentista contra la reunión entre Pedro Sánchez y Emmanuel Macron en Barcelona. "Pero no deja de ser contradictorio que el president de la Generalitat (Pere Aragonès) haga de anfitrión y que el presidente de ERC (Oriol Junqueras) se manifieste", ha concluido.