Lo ha visto todo el mundo y lo han denunciado los medios de todas partes. Menos parte de la prensa de Madrid. Después de que ayer quedaran más de 800 personas heridas por las brutales cargas policiales de los agentes de los cuerpos españoles, hoy los diarios de siempre justifican aquello que incluso la comunidad internacional encuentra injustificable. Y, sorprendentemente—o no— ninguna abre con la imagen de los heridos y les dejan relevados a un segundo plano.

De la misma manera que lo hicieron miembros del gobierno de Mariano Rajoy —también él mismo— y de otros partidos representados en el Congreso, los rotativos españoles salen a la carga y critican las actuaciones de los Mossos y del Govern, sin ningún tipo de margen a la autocrítica por haber herido personas que solo querían ejercer su derecho a decidir.

Pero fuera de eso, y asegurando como ya lo hizo el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, que la mayoría de los catalanes estaban ayer en casa "haciendo sus trabajos de los domingos", los medios del Estado no han tenido manías y han continuado con la voluntad de Rajoy para defender lo que no se podía defender. Pero no todos lo han hecho. O, al menos, no todos sus trabajadores. De hecho, algunos periodistas de TVE hicieron pública su vergüenza por el tratamiento de la jornada del referéndum catalán.

Firmeza ante el golpe

Así titula la portada La Razón —y su editorial— para justificar que tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional "cumplieron las órdenes dictadas por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya para impedir la celebración de un referéndum ilegal", pero eso no es de las peores cosas que sueltan.

Si bien el balance de ciudadanos heridos es de 844, mientras que el de agentes, según el Ministerio del Interior, es de 33, los de Francisco Marhuenda se lamentan que "los actos de desobediencia perpetrados por los partidarios de la secesión, algunos cargados de violencia, obligaron a los agentes a utilizar la fuerza para hacer respetar las decisiones de los tribunales como corresponde a un estado de derecho que se rige por la Ley".

Ahora bien, para no acabar de justificar del todo el cerco policial, aseguran: "Podemos comprender que las imágenes de acción policial contra grupos de personas vinculadas en su mayoría a la extrema izquierda separista pueden causar desazón entre las gentes pacíficas", sin embargo, eso sí, lo ponen de manifiesto para acabar diciendo que "son absolutamente rechazables, per no ser veraces, las acusaciones de brutalidad lanzadas, incluso, por quien a razón de su responsabilidad política tendrían que ser prudentes a la hora de enjuiciar la actuación de unas Fuerzas de Seguridad del Estado que si se han caracterizado por algo, ha sido por la defensa de los derechos ciudadanos y el exquisito cumplimiento de las normas que regulan su función".

Profesionalidad

Por encima de todo, "profesionalidad". Así ya lo destacó ayer el Gobierno en pleno, y con el apoyo de los partidos afines a su manera de hacer política, insisten en que los cuerpos policiales españoles actuaron con "la profesionalidad acostumbrada y proporcionadamente a la violencia ejercida por los radicales".

Y es que el hecho que el Govern haya puesto la directa —después de años y años intentando llegar a un acuerdo con el ejecutivo español— lo justifica todo (para ellos). Catalunya ha desobedecido y eso es razón suficiente como para cargar con fuerza contra la ciudadanía que solo quería expresar su voz.

Precisamente por eso, subrayan por activa y por pasiva que el único responsable de lo que pasó ayer fue el Govern, pero así, sustentan, "el movimiento separatista habrá conseguido, con el uso irresponsable de las movilizaciones de calle, las buscadas imágenes de su proyección victimista". Al final, sin embargo, "lo único que cuenta es que las instituciones del Estado [...] han impuesto la defensa de los derechos de todos los ciudadanos ante la arbitrariedad de los golpistas".

La amenaza

Siguiendo con el diario citado, sentencian que no lo conseguirán. Y amenazan, directamente, con que si no lo harán será porque cada paso "será respondido por los mecanismos legales que amparan las libertades de los ciudadanos, como pasó ayer" y emplazan al Estado a responder al anuncio del president Carles Puigdemont de llevar al Parlament la declaración de independencia.

En esta misma línea, El Mundo insta a los de Rajoy a "no perder ni un minuto, ni que le tiemble el pulso a la hora de hacer frente, con la ley en la mano, a la traición del independentismo". En un editorial titulado "Ni un minuto a perder ante el independentismo", el rotativo mencionado hace un llamamiento al Gobierno para que aplique ya el artículo 155 de la Constitución e intervenga la autonomía de Catalunya para "preservar la legalidad y situar a los Mossos bajo el control del Estado" ante de lo que consideran que es una "flagrante insurrección".

Según su opinión, ayer la vergüenza se consumó y el 1-O "será recordado como la jornada ominosa en que la irresponsabilidad de una Generalitat ocupada por iluminados y la inoperancia de un Govern mucho tiempo ausente se confabularon para iluminar el caos". Justificando cualquier tipo de actuación policial —o sea, los más de 800 heridos inocentes que no hicieron uso de la violencia, sino del pacifismo y las sonrisas— apunta directamente a la responsabilidad del Govern en pleno, y pide que lo que pasó ayer sea juzgado por un tribunal y no en un editorial.

Insistiendo en que la Generalitat es "golpista", ponen de relieve que la jornada de ayer "fue un fracaso como consulta democrática, pero este fracaso degeneró en instantes puntuales de represión" y, como los otros, vuelven a justificar la fuerza policial bajo el argumento que "un saldo de centenares de heridos no es un dato del que blasonar", sin embargo, avisan, "las cosas podrían haber estado mucho peores, dadas las circunstancias". Ahora bien, al final de todo acaban admitiendo que la estrategia de Rajoy "de esperar primero y enviar después a la policía se ha rebelado otro fracaso quizás mayor".

Arrogancia xenófoba

El País lo tiene claro. La de ayer fue una jornada "vergonzosa" porque, aseguran, "los ciudadanos de Catalunya se vieron obligados a vivir por culpa de la arrogancia xenófoba que Carles Puigdemont representa y la absoluta incapacidad de gestión del problema de Mariano Rajoy".

En un editorial titulado "Ante la insurrección, la ley, pero no solo la ley", el diario citado se apunta a los que culpan de las cargas al Govern, pero también se cuidan en salud y ponen de relieve que "que quede bien claro que en absoluto somos equidistantes respecto de las responsabilidades que se tiene que pedir a los que ayer causaron este monumental destrozo a nuestra democracia de la que tardaremos años en recuperarnos".

Y continúan: "Ni a sus flagrantes delitos ni sus chulerías pueden justificar la pasividad e impericia del presidente Rajoy, su asfixia política, su reiterada incomparecencia ante la opinión y su miedosa delegación de responsabilidades a la administración de Justicia".

Para acabar, emplazan Rajoy a "aclarar qué es lo que realmente quiere y qué está dispuesto a hacer para que este país y sus 17 autonomías tengan un proyecto de futuro", mientras han lamentado "la escasa presencia del PSOE" que, recuerdan, ya empezó con José Luis Rodríguez Zapatero.

Hitler y la fuerza legítima

ABC, contundente, empieza su editorial titulado "El independentismo rompe Catalunya" asegurando que "la dureza de las imágenes que produjo el día de ayer no tiene que oscurecer la realidad: nunca hubo en Catalunya nada digno de llamarse referéndum porque era ilegal".

Este diario tiene claro que la intención del Govern de ayer "no era celebrar un referéndum, sino provocar una ocupación de las calles catalanas, con la complicidad de los Mossos", a quien, en su portada, acusan de ser unos "traidores" y se preguntan cómo es que todavía siguen en sus respectivos cargos. También justifican la "decepción entre los españoles porque los promotores del intento siguen en libertad", "promotores" que, para ellos también, son los únicos culpables.

Lo peor, sin embargo, llega en el segundo párrafo, donde sueltan que el eslogan 'votar no es delito' "lo habría suscrito el mismo Hitler" y, justamente por eso, consideran que lo que pasó ayer fue "inevitable", así como que "el uso de la fuerza fue legítimo, proporcional y necesario".

En este sentido, subrayan que las fuerzas de seguridad españolas "actuaron con una profesionalidad encomiable en unos escenarios muy complicados por el uso de la fuerza legítima", motivo por el cual se lamentan de que "es muy difícil afirmar que los violentos incidentes de ayer tendrán menos coste que el que hubiera tenido la aplicación a tiempo del artículo 155 de la Constitución".