¿Cuál era ayer la noticia del día, la moción de censura de Vox contra Pablo Casado —perdón, contra Pedro Sánchez— o el debate sobre el toque de queda y otras medidas para frenar los contagios de la covid-19? Este fue el debate de los diarios a la hora de escoger el título principal de la portada impresa. Los de Madrid y La Vanguardia han preferido abrir con la moción de censura. El resto de Barcelona, con otras materias. Todo es discutible, claro, pero entre esta patochada (copryright Aitor Esteban) y unos gobiernos, central y autonómicos, que debaten si nos encierran en casa por decreto a partir de alguna hora de la noche... parece que tiene más potencia informar de la restricción de una libertad tan elemental como la de ir donde quieras, a la hora que quieras, con quien quieras y como quieras. Sin embargo, a los diarios no se lo ha parecido.

Desde el confinamiento del pasado marzo, sorprende el poco espacio y la escasa atención que la prensa ha dedicado al recorte de libertades que comporta la lucha contra la Covid-19. La queja no es tanto por el hecho de que se apliquen esas restricciones. Ni porque son más extensas y longevas cuanto menos arraigada en el país está la cultura democrática y mayor la incompetencia de los gobernantes. Ni porque la gente de nuestros países, con un alto octanaje de, digamos mediterraneidad, tienden a la picaresca y la indisciplina, y piden más palo que zanahoria. Incluso podríamos aceptar que no hay más remedio, etcétera, que no estamos en Alemania ni somos suecos. La queja sería más bien que los diarios, en general, aceptan acríticamente, sin debate ni cuestión, toda medida que restringe derechos y libertades en nombre de la salud. Tampoco ponen en evidencia las precarios razones de las autoridades para justificarlas —típicamente, invocan el artículo 33. Es una insensibilidad curiosa.

Todo eso, sin embargo, no es motivo suficiente para que en los diarios no haya un debate más vivo, más intenso, más frecuente y mil veces más chillón y gritón sobre los recortes de derechos y libertades que impone la falta de vacuna, de acuerdo, pero también el resto de factores mencionados, especialmente la incompetencia gubernamental. Esta actitud sumisa, floja y mansa se nota mucho en las portadas, en la elección de sus temas y la redacción de sus titulares. Hoy es uno de esos días en los que se ve más. Bueno. Quizá todo esto es exageración y piel demasiado fina.

Casado da una alegría

Unos apuntes sobre las portadas de la moción de censura. La Razón titula "Casado devuelve el orgullo al PP". Es el titular del día. También podían haber titulado "Casado devuelve el orgullo a La Razón", como los restantes diarios de la capital de España, que no pueden exultar más de alegría, gozo y olé por ver a Pablo Casado dejar grogui a Santiago Abascal. Ya no se podrá decir que toda la derecha es igual, piensan, aunque el mismo Casado haya reprochado varias veces a Abascal y a Vox que, en su día, "abandonaran el barco" mientras él se quedaba para reconducirlo y etcétera. Queda la duda de si no es exagerado celebrar que un partido de gobierno ofrezca un discurso "moderado y proeuropeo", como dice La Vanguardia. ¿Tan poco se les exige?

En fin. Todos estos diarios (incluido El País) respiran hoy aliviados al comprobar que Vox es un tigre de papel —¡ellos, que tanto han contribuido a hincharlo! llevan una semana diciendo que la iniciativa de Abascal implica un desafío a Casado como líder de la oposición. Incluso El Mundo alentaba para que el PP se sumara a la moción —hoy disimula, cara de mula—. Quizá pondrán ahora la misma energía y orgullo en deshacer los trifachitos que estos diarios tanto han contribuido a forjar en Andalucía, Murcia, Madrid... Sería una buena prueba de moderación y proeuropeísmo.

EPA

AHORA

EPC

LV

EP

ME

ABC

LR