La foto del día es Jordi Cuixart saliendo de Lledoners. Punto. Es tan significativa que ni El Mundo se ha privado de ponerla en portada, aunque al diario le habrá gustado publicarla tanto como afeitarse con una azada. Pero de eso ya habla el director en el editorial. Fíjate, sin embargo, en la unanimidad atronadora de las portadas del constitucionalismo impreso de hoy. La culpa la tiene la exministra de justicia Dolores Delgado, que será, si el Congreso así lo vota, la nueva fiscal general, pese a los siete votos en contra del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

En el lado, digamos, ultra (de ultramontano, no vayas a pensar), quieren hacerte tragar su opinión y titulan con la interpretación cargada dentro de la frase como una bala. Más que titulares, son disparos. ABC va en la línea ("por imperativo legal") hecha famosa por el mundo batasuno a la hora de tomar posesión de cargos públicos o representativos. La foto tiene un vago aroma a las escenas en el búnker de El Hundimiento. El Mundo califica la decisión del CGPJ de "fuerte rechazo". No se entiende bien, porque si 7 votos en contra de un total de 19 son un "rechazo fuerte", qué dirían si fueran 10 u 11 votos en contra. Tendrán el "rechazómetro" estropeado. La Razón, más afinado, habla de "rechazo histórico", en el sentido de "rechazo récord". En fin. Parece, otra vez, que ayer, al atardecer, el motorista del Poder Judicial pasó por esos diarios a dejar el borrador de la portada.

En el lado, digamos, moderado, El Periódico hace un buen titular. Ese "a regañadientes" pinta al Consejo como un niño/a malcriado/a que no quiere tomarse la sopa. En cambio, tanto La Vanguardia como El País y Ara destacan la "división" del CGPJ. Da la impresión de que les asusta.

Bien. Si lo miras con pelín de frialdad, advertirás que es sano y positivo que el órgano de gobierno de los jueces no decida por unanimidad un nombramiento de ese porte. Así ocurre en las mejores democracias. Recuerda, por poner un ejemplo, los grillings (de "parrilla") en el Senado de los EE.UU. de los dos candidatos de Trump al Tribunal Supremo. El vigor y nervio en la discusión es señal que sus señorías se lo toman con la seriedad que hace al caso. Además, en el CGPJ, ni que sea interino —su mandato caducó hace más de un año— son veinte almas las que deciden. Es lógico que se las tengan un poco tiesas cuando menos. La votación que cierra una deliberación no se inventó para homogeneizar las opiniones de los deliberantes, sino para acabar el debate con una decisión y no a tortas.

Quizás la gracia no es que los magistrados decidan "divididos" sino los motivos de la división y las intenciones de los que la sostienen. Nada de eso, sin embargo, se deja ver en los titulares de estos diarios... excepto en El Periódico, que al menos deja adivinarlo con ese "a regañadientes". Respecto al fondo de la cosa, es difícil añadir alguna idea más de las que presentan por estos andurriales los señores Forn, hoy y el martes pasado, y Barbeta, también hoy mismo, que habla del "bunquer" judicial, rescatando una expresión de los años 70 que designaba a los sectores del franquismo refractarios a la democracia. Es un placer leerlos.

ME

ABC

LR

EP

LV

EPC

EPA

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