Cuatro asuntos gruesos han marcado esta semana: la evolución de la pandemia, la condicionalidad del plan de reconstrucción de la Unión Europea, la crisis en la Casa Real española y, último, el espionaje a líderes independentistas —en el que el CNI no tiene nada que ver, claro. Seguro que también marcarán la semana que viene. Podrías hacerte una cuadrícula con esos cuatro asuntos en la vertical y los nombres de los diarios en la horizontal y marcar cada día con una X qué diario los lleva en portada y cuál no. Incluso podrías calificar a cada diario según el tratamiento de esos asuntos, de uno a cinco, por ejemplo, siendo uno "poco crítico" (o bien: pro establishment) y cinco "muy crítico" (o anti-establishment). Después dirás que los trucos de magia no se explican. Pero no te hagas ilusiones. La gracia del comentario de portadas radica en el dominio de una nigromancia que, como la experiencia, es difícilmente comunicable, algo que Aristóteles razona con mucho juicio.

Las primeras páginas de hoy en los diarios de Barcelona vienen a decir que el Govern se la juega al encomendarse a la responsabilidad de los ciudadanos. Da gusto que los diarios aprieten al Govern. Apreteu, apreteu. No está todo perdido. El Periódico y El Punt Avui hasta llevan el mismo titular y todo, un fenómeno tan raro como el paso de un cometa. Es reveladora la coincidencia de dos diarios que miran al Govern, uno con el ojo derecho y el otro con el izquierdo. Ara también rasca, con un titular que podría traducirse así: Si el Govern lo hiciera bien no deberíamos quedarnos en casa. El original es mejor, más corto, más contundente. La Vanguardia pica a su estilo, factual y con retranca, porque la magnitud de la tragedia te deja asustado. ¡Virgen Santa!, piensas al leer el titular.

A El País se le nota que es de Madrid porque no suma bien los habitantes de la zona afectada por las recomendaciones (habla de 4 millones y son 2,6, se conoce que ya les da lo mismo). En cambio, es el único que sigue a lo grande el debate sobre el plan europeo postpandemia, hoy sin la costra patriotera de otros días. La foto es magnífica, de esas que definen el momento: Angela Merkel rodeada de muchos hombres de pie con trajes oscuros y mascarilla (evocación de los "hombres de negro" de la UE, qué miedo) que van de acá para allá... y ella, lejana y rosa, como una reina en medio de todos, como el abuelo de la habanera, como el sol, como un pantocrator o una maiestas medievales. Esa foto es genial y el diario se da maña para destacarla.

El Mundo sigue desenterrando selectivamente la porquería del "caso emérito" con el afán benemérito de proteger a Felipe VI (ellos mismos se descubren en el editorial), y aparentan hablar del "caso Corinna", una señora de provecho que es presentada como una estafadora que no se salió con la suya gracias a la gallarda actitud del actual monarca. El relato tendría fuerza si no fuera porque la posición de Corinna como presunta estafadora no puede separarse de su condición "de amiga especial" de Juan Carlos. Es él quien cobró las comisiones y quien se servía de ella como testaferro mientras solucionaba la abdicación y arreglaba los papeles para gozar de los millones que, como sabes, son el típico regalo que hacen los tiranos de aquellos países a sus amigos —nada que ver con comisiones relacionadas con la construcción del AVE en La Meca, entre otros negocietes, como quiere hacernos creer la fiscalía suiza que investiga el caso. Nice try, muchachos.

Las portadas friquis del día son las de La Razón y ABC. El diario del Grupo Planeta dice otra vez que el president Torra es el culpable de todo. El tabloide monárquico se enfada porque los presos políticos ya disfrutan del tercer grado, etcétera. Tanta indignación podrían reservarla para los trasiegos suizos del emérito que, como "burla a la justicia y a los españoles" no está nada mal. ABC, cuando se irrita tanto, pierde mucho. Al menos en portada.

LV

EPC

EPA

AHORA

EP

ME

ABC

LR