Las portadas de hoy perfilan dos bloques de diarios como las Españas de Machado. Los que reciben el pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias con un suspiro de alivio y los que se atraviesan en tono apocalíptico. Todos los diarios eligen la foto del abrazo, excepto El Periódico —que extrañamiento escoge el apretón de manos, más formal— y El Punt Avui, que se toma las noticias del gobierno de Madrid como ecos de una pedanía lejana, y apuesta por abrir con la investigación de la fiscalía a la Mesa del Parlament, la actividad más gruesa de las que ayer desplegó el aparato judicial en Catalunya.
Es curioso, sin embargo, que ABC y El Mundo hayan optado por la imagen que presenta a ambos protagonistas a medio abrazar, no se sabe si antes o después. Es una foto fea, que presenta a Sánchez e Iglesias contrahechos, con pinta de manazas, torpes, con un punto malévolo. Quizás sea manazas, torpe y malévola la intención de ese par de diarios.
Lo complementan —La Razón también, con ese titular malvado— con una batería de cañonazos contra Sánchez con la munición que él mismo les ha suministrado, como decir que él y el 95% de los españoles no podrían dormir tranquilos sabiendo que Podemos tiene ministros en el gobierno español. Estas estupideces lo perseguirán con razón, aunque el efecto de esos ataques es descriptible: parece que Sánchez es de buen dormir, mientras que los diarios de la derecha mediática madrileña sacan fuego por la boca y quizás les haga falta una dosis extra de valerianas para conciliar el sueño.
El anuncio del primer gobierno central de coalición desde la aprobación de la Constitución —que no de España, como dice La Vanguardia con poco rigor histórico— sirve para esconder dos noticias que merecían más. Una, la actividad de Tsunami Democràtic cortando autopistas que llevan a la frontera con Francia. Otra, la decisión del abogado general de la Unión Europea de recomendar al Tribunal de Estrasburgo que reconozca la inmunidad parlamentaria de Oriol Junqueras. Ya se lo encontrarán.
