La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha insistido este miércoles en su intención de presentar los presupuestos generales del Estado del 2026. Lo ha hecho durante la sesión de control al ejecutivo de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados; durante un cara a cara con el diputado de Junts Josep Maria Cruset. El parlamentario independentista le ha advertido que ahora mismo se sitúa "en el camino" de no tener unas nuevas cuentas, de la misma manera que no las tuvo ni en 2024 ni en 2025; porque la Moncloa acumula demasiados incumplimientos presupuestarios con Catalunya. Este es el motivo, ha expuesto, por el que el ejecutivo de PSOE y Sumar "hace año y medio que no publica" los datos de ejecución, a pesar de estar obligados por ley.
"Los catalanes vemos cómo cada día se hunde el estado del bienestar que tanto costó construir, con servicios sanitarios insuficientes, con un peor sistema educativo y con unos impuestos crecientes," ha expuesto Cruset en un discurso en el que ha acusado al gobierno socialista de estar impulsando "políticas que hunden cada vez más la clase trabajadora y media". "Sin cumplir con Catalunya no habrá presupuestos", ha vuelto a advertir. La ministra de Hacienda, a pesar de todo, ha reiterado su voluntad de presentar las cuentas y de sacarlas adelante con los votos de los independentistas. Les ha alargado la mano asegurando que los nuevos presupuestos serán buenos para Catalunya y que confía conseguir el apoyo de la formación capitaneada en Madrid por Míriam Nogueras. Fuentes del grupo parlamentario independentista aseguran que, a pesar de las declaraciones públicas de la también candidata del PSOE en las próximas elecciones andaluzas, el Ministerio de Hacienda todavía no se ha puesto en contacto con ellos para negociar los nuevos presupuestos; ni siquiera de manera informal.
Sin presupuestos ni en 2024 ni en 2025
Pedro Sánchez ya renunció a presentar los presupuestos generales del Estado de 2024 y 2025. La primera vez que tiró la toalla fue por la convocatoria de las elecciones en Catalunya del 12-M. El Gobierno consideraba que, siendo en esta legislatura tan dependiente de los independentistas, sería imposible que estas formaciones negociaran las cuentas españolas y dieran apoyo en plena campaña electoral. La segunda vez fue, sencillamente, por el incremento de su debilidad parlamentaria, ya con muchos números rojos con los socios de investidura y varias derrotas acumuladas en el Congreso de los Diputados.
Ahora, el presidente del Gobierno ha optado por un cambio de estrategia. Igual que en las anteriores ocasiones, ha asegurado que acabará presentando las cuentas. Pero esta vez ha advertido que aunque los pierda no dimitirá y que no convocará nuevas elecciones generales; una manera de intentar traspasar más responsabilidad a los socios. Sin embargo, las formaciones que hace casi dos años lo invistieron nuevamente como jefe del ejecutivo advierten de la dificultad de sacar adelante unas nuevas cuentas, como es el caso de Junts. También Esquerra Republicana advierte que sin avances en la financiación singular para Catalunya no solo implicará que Pedro Sánchez se quede sin cuentas; también el Govern de Salvador Illa.