El próximo jueves entra en vigor el que será, a partir del 1 de enero, el único dispositivo de señalización obligatorio y válido para llevar en los coches: las nuevas balizas V16 con conectividad con la Dirección General de Tráfico. Un dispositivo electrónico que se coloca sobre el techo del coche y que emite luz y está conectado mediante una tarjeta SIM con Tráfico. Aunque la iniciativa de la DGT estaba anunciada desde hace tiempo, dos cosas son evidentes: la ciudadanía ha recibido una información insuficiente y confusa, por más que desde el Ministerio se asegure lo contrario, y predomina una cierta sensación de improvisación y caos.

Sirva como ejemplo de esto último que cuatro modelos a la venta que habían sido aprobados por la DGT han perdido estas últimas horas la homologación. Todo ello, a falta de menos de una semana de su entrada en vigor, debería obligar a la DGT a ampliar el plazo límite del 1 de enero y, antes, estar muy seguros de que la retirada del famoso triángulo de emergencia y su sustitución por las balizas para mejorar la seguridad vial es aplicable en todos los modelos. Absolutamente en todos, ya que se ha producido alguna incidencia negativa en algún accidente que lo cuestiona. Otros países europeos están estudiando adaptarlas, pero cuando sea efectiva la obligatoriedad en España será una iniciativa pionera en Europa.

Desde la DGT se ha señalado estas últimas horas que, a partir del 1 de enero, los que lleven la baliza V16 no conectada serán sancionados con 80 euros

Estos días se han publicado situaciones preocupantes en las que, por ejemplo, los cuatro intermitentes encendidos de los coches se veían más que la baliza en cuestión. Hay multitud de videos difundiéndose que así lo demuestran. Se han escuchado también opiniones de agentes de tráfico, conductores de ambulancias o bomberos con opiniones a favor y en contra, alegando que en muchos casos no se veía un vehículo parado a 1 kilómetro de distancia, como dice la propaganda. La división no es buena y, además, casi todos ellos vienen a concluir sus exposiciones con que utilizar el triángulo de emergencia como añadido de seguridad no es una mala idea.

Desde la DGT se ha señalado estas últimas horas que, a partir del 1 de enero, los que lleven la baliza V16 no conectada serán sancionados con 80 euros, ya que ha habido un período de convivencia que ya ha terminado. No he oído opiniones al respecto del Servei Català de Trànsit, algo que me sorprende, ya que en Catalunya también es obligatoria la baliza. Sorprende también que al ser obligatorio su colocación se aplique el 21% del IVA, el más alto que existe, lo que, en medio de la polémica existente, refuerza la idea de un afán recaudatorio, algo que es constante en este Gobierno.