El Gobierno presionó para que las elecciones al Parlament se mantuvieran en el 14 de febrero, a pesar de la tercera ola de coronavirus. Consecuente con esto, ahora pide respetar el resultado de las urnas, aunque la abstención sea muy elevada. La portavoz del ejecutivo, María Jesús Montero, ha dicho que la decisión de los ciudadanos en unos comicios "nunca se puede cuestionar". Sin entrar más en la cuestión, la dirigente socialista se ha limitado a hacer un llamamiento a la participación ante unas elecciones tan importantes como estas. Ha pedido rehuir los "cálculos partidistas" en este sentido.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, María Jesús Montero ha sido preguntada sobre si una baja participación como a consecuencia de la situación sanitaria podría poner en entredicho los resultados en las urnas. En este punto, la portavoz del gobierno central ha sido clara y nítida: no. "Nunca se puede cuestionar" el resultado de unos comicios, aunque los comicios "no tengan el grado de participación que a todos nos gustaría", ha asegurado. Dicho esto, se ha mostrado "confiada" en que los ciudadanos con derecho al voto serán conscientes de la "importancia" de la cita electoral.

Desde la sala de prensa de La Moncloa, la dirigente socialista ha hecho un llamamiento a la participación en las elecciones catalanas, recordando que la obligación de todos los partidos que concurren es promoverla, "más allá de cualquier cálculo partidista o cualquier cálculo electoral". En este sentido, ha insistido: "Cuanta más participación, mejor para los ciudadanos y para la calidad democrática". Ha deseado que ojalá la jornada electoral "transcurra sin incidencias" a pesar de la situación sanitaria".

Fue el mismo Gobierno quien remó contra el aplazamiento electoral decretado por el Govern de la Generalitat. En boca de los ministro de Justicia y de Transportes, Juan Carlos Campo y José Luis Ábalos, advirtió que ponía en riesgo la calidad democrática del proceso.

Semana santa, limitada

A pesar del ruido de los últimos días, el Gobierno rebaja las expectativas sobre el que hecho que haya una movilidad normalizada durante la próxima Semana Santa. De hecho, Montero ha rechazado desescaladas a toda prisa y precipitadas, como ha insinuado que plantea la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso. Desde el ejecutivo reclaman a las comunidades autónomas que utilicen el margen del que disponen para mantener las restricciones a la movilidad y así asegurar la tendencia a la baja de la curva de contagios de coronavirus. "Es difícil que pueda haber una movilidad normalizada durante este periodo y que exista una libre circulación de personas por tráfico aéreo, y estaremos muy vigilantes que la movilidad nacional se rija por criterios exclusivamente epidemiológicos", ha reiterado en esta línea.