La detención de Carles Puigdemont en L'Alguer ha provocado una intensa sacudida en el escenario político actual. Algunos lo consideran, incluso, como un punto de inflexión que marcará, entre otras cosas, la evolución de la mesa de diálogo entre el gobierno español y el catalán. Sin embargo, según ha defendido la periodista Lucía Méndez en el diario El Mundo, la Moncloa ve toda la operación contra el presidente en el exilio solo como un "bache" en las conversaciones con ERC.

En el artículo titulado La Moncloa da su confianza a ERC tras el arresto de Carles Puigdemont: "Ha aguantado el tirón", explica cómo parecía que los hechos ocurridos durante la noche del jueves podrían provocar un estallido en las calles de Catalunya y el final del mandato de Pedro Sánchez. Pero el viernes fue puesto en libertad y "la Moncloa respiró tranquila".

ERC apuesta por seguir con el diálogo

Desde un primer momento, los de Pere Aragonès mostraron su apoyo a Puigdemont. El actual presidente de la Generalitat viajó a Cerdeña para acompañarlo y, desde allí, subrayó que ahora más que nunca, es momento de reivindicar "la amnistía y la autodeterminación".

Sin embargo, su postura sobre la mesa no ha cambiado. Según aseguran fuentes del Palau de la Generalitat a la ACN, el presidente centrará el discurso del próximo Debat de Política General (el primero en el cargo) a defender el diálogo y la negociación con el Estado como la única vía posible para resolver el conflicto político.

Declaraciones de la Moncloa

Ante este panorama, el Gobierno "ha calificado lo que ha pasado como "un bache o una curva en la carretera" que ha tomado para afrontar la crisis catalana que hizo explosión con la declaración de independencia". Así lo defiende el texto de Méndez, el cual también recoge las siguientes declaraciones de fuentes de la Moncloa:

"La única cosa importante de este episodio es como podía impactar ERC, y esta ha aguantado el estirón. Tanto Pere Aragonès como Oriol Junqueras se apresuraron a confirmar que siguen apostando por la mesa de diálogo. Es evidente que Puigdemont y Junts querían volver a escena porque se habían quedado fuera de ella después de la reunión de la mesa. Lo más importante es no dejarse llevar por el nerviosismo. Nosotros hemos tomado una carretera que está llena de baches y curvas, pero que es la única posible. No hay alternativa a la hoja de ruta del diálogo. Puigdemont quiere volver al choque de 2017, lo cual es una locura. Y el PP exactamente no sabemos lo que quiere, no conocemos cuál es su alternativa para Catalunya más allá de la leña y el 155".

Una postura de ERC firme

La periodista, a su vez, ha añadido las siguientes observaciones: "Los socialistas están convencidos de que la decisión de ERC de abandonar el camino de la unilateralidad para estabilizar la política catalana es firme, al margen de las vueltas que pueda dar el enredo jurídico que rodea el caso Puigdemont en los tribunales españoles y europeos".

Puigdemont, contra la mesa

Puigdemont, en cambio, presenta una opinión totalmente opuesta. Según declaró el pasado viernes en una rueda de prensa, "hay una parte importante del independentismo que no es sentada" en la mesa. Es más, acusó al Gobierno de solo querer hablar con aquellos que le dan apoyo parlamentario y participa en la operación diálogo". "El problema de la mesa no está en la parte catalana, sino al lado de Sánchez", señaló.

"Quizás, en el gobierno le molestamos aquellos que tenemos una actitud de defensa del interés de Catalunya que pasa primero por otra estrategia [diferente de la mesa]. Probablemente por eso el Gobierno tiene mucho interés en interferir en los asuntos de la justicia", continuó.

 

Imagen principal: El presidente del Gobierno, Pedrp Sánchez / Sergi Alcàzar