Escaramuza en el hemiciclo del Congreso de los Diputados. La toma en consideración de la reforma de la ley del 'solo sí es sí' no solo ha certificado este martes la fractura entre los dos socios del Gobierno, sino que ha conseguido dividir a los socios de investidura que acostumbran a dar su apoyo al ejecutivo de PSOE y Podemos. Las desavenencias entre estas dos formaciones se han pegado a los aliados parlamentarios de Pedro Sánchez; algunos se han tenido que situar al lado de los socialistas, mientras que otros han abrazado la formación morada.

Así pues, el PSOE no ha podido evitar plantarse al debate de la toma en consideración de esta reforma sin el apoyo de Podemos; y con el PP y Vox dándole el abrazo del oso. La formación morada ha conseguido situar de su lado a Esquerra Republicana y Bildu, que han dejado claro que cuando toque votar la propuesta —pasadas las ocho de la noche de este martes— lo harán en sentido contrario, como la CUP. Pero del lado de los socialistas también se han situado el PNV y el PDeCAT, que han anunciado que entregarán sus votos al considerar que la ley tiene defectos que se tienen que corregir. Junts per Catalunya optará finalmente por la abstención.

Las caras de PSOE y Podemos eran de pocos amigos en la tarde de este martes. Además, los socialistas han hecho el vacío a la ministra Irene Montero, la impulsora de la primera versión —todavía vigente— de la ley del 'solo sí es sí'. Solo la ministra Ione Belarra, secretaria general de Podemos, ha dado apoyo a su compañera, situándose a su lado durante el debate y comentando con la máxima responsable de Igualdad todos los discursos que pronunciaban en el atril algunos de los diputados que han participado en el debate. El resto de butacas de ministros estaban desérticas.

Es importante señalar, sin embargo, que este martes había sesión de control en el Senado; de manera que los socialistas tienen excusa por haber dejado completamente sola a Montero. Ahora bien, también hay que subrayar que, por ejemplo, este mismo martes al mediodía La Moncloa ha apartado a Montero de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Y ha sido la vicepresidenta Nadia Calviño quien ha presentado la nueva Ley de Paridad impulsada por el ejecutivo de Sánchez; cuando se trata de un texto que tendría que haber defendido Montero como ministra de Igualdad.

Los reproches entre PSOE y Podemos por el 'sí es sí'

La tensión se ha multiplicado entre los socios de coalición, que han hecho subir el tono de la disputa. La secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, ha defendido el texto asegurando que "la mejor forma de legitimarlo es corregir los errores que contiene" siendo "consecuentes y responsables". Fernández se ha dirigido con dureza a la bancada de Podemos pidiéndoles que "dejen la hipérbole" y que hablen de "soluciones". "Estamos cansados de vuestras peroratas; con esta ley no importa con quién, sino para quién", ha sentenciado la diputada socialista haciendo referencia a las víctimas de la violencia sexual. El PSOE también procura hacer equilibrios deshaciéndose del discurso punitivista, que defiende rebajar las agresiones de este tipo endureciendo el Código Penal. "Las penas no nos liberan de los agresores sexuales; es la educación y la cultura lo que protege y evita la violencia penal", ha rematado Fernández.

La ministra Irene Montero, sola en el hemiciclo del Congreso / Foto: Europa Press

En la réplica, Unidas Podemos ha acusado al PSOE de "traicionar a miles de mujeres que gritaron en las calles que sin consentimiento hay agresión sexual". Según la diputada morada Lucía Muñoz, la ley de Irene Montero es "necesaria, pionera y celebrada a nivel internacional" y, por eso, no entiende que los socialistas quieran volver al "calvario probatorio" y "se hayan aliado con Vox y el PP para volver al Código Penal de la Mandada". A pesar del reproche, Muñoz ha alargado la mano a los compañeros de Consejo de Ministros. "Estamos dispuestos a negociar, dispuestos a subir las penas aunque no queramos una ley punitivista, dispuestos a admitir cambios", ha contestado Muñoz.