Oriol Junqueras, presidente de Esquerra Republicana, quiere ser president de la Generalitat. Nunca lo ha negado, pero este martes lo ha reconocido en la conferencia "Una nueva ambición nacional", que ha pronunciado desde el Auditori de Barcelona y ante unas 600 personas. Y lo quiere ser a pesar de que está inhabilitado hasta 2031 por su papel como vicepresident del Govern del 1 d'octubre, referéndum que se celebró ocho años atrás, mientras no se le aplique la ley de amnistía. “Sé que puede dar pereza, esto de escuchar al dirigente de un partido político decir que quiere ser candidato a unas elecciones, que, en gran medida también es lo que hoy queremos decir”, ha dicho, nada más empezar a hablar, después de que ya se hubiera filtrado. Y no lo ha vuelto a repetir ni una sola ocasión durante la más de una hora que ha durado su discurso. Durante la guerra fratricida de ERC el otoño pasado, el entonces Junqueras candidato repetía que no se tenía que hablar tanto del partido sino del país. Y eso es lo que ha hecho este jueves: analizar el presente y el futuro de Catalunya. Pero también hablando del pasado, ya que no ha podido evitar que le saliera la vena de historiador y profesor universitario a la hora de poner ejemplos.

Las desigualdades, culpables del miedo

Con Esquerra como partido de la oposición aunque a la vez uno de los principales socios de Salvador Illa, Junqueras ha aprovechado para explayarse ante un público dispuesto a escucharlo, desde un escenario donde lucían una senyera y una estelada. De fondo, su nombre y firma en un escenario donde Esquerra ha dejado atrás el amarillo chillón del postprocés y ha estrenado el naranja. El exvicepresident del Govern se ha referido en reiteradas ocasiones a la "batalla entre la esperanza y el miedo" y ha hablado directamente sobre uno de los principales retos que tiene el país sobre la mesa: el de la inmigración: “Se dice que quien alimenta el miedo son determinadas cuestiones del día a día” ha empezado, poniendo como ejemplo a las personas recién llegadas al país y recordando que la extrema derecha no solo crece allí donde la hay, sino también en países de todo el continente donde este fenómeno casi no existe.

 

“Esta desesperanza tiene otro origen, un factor mucho más determinante. La principal razón es la desigualdad, la injusticia y los desequilibrios en todos sus ámbitos”. No han sido el único momento en que Junqueras ha hablado de inmigración durante el acto, ya que se ha vuelto a referir a ella al final de su intervención: "Necesitamos que aquellos que han llegado no se sientan siempre de muy lejos, que no se sientan así tampoco sus hijos que han nacido aquí. Y que ellos también se esfuercen para amar y entender este país", ha manifestado. 

Más pactos y alianzas: un entendimiento nacional

Ante este reto que supone la batalla “entre la esperanza y el miedo”, Junqueras ha puesto sobre la mesa la necesidad de tejer nuevas “alianzas, pactos y entendimientos”, ya no solo a escala internacional, sino también entre los diferentes sectores del país. No ha escatimado en ejemplos y ha subrayado la necesidad de llegar a un nuevo contrato social: pacto de rentas, acuerdos en materia energética o también en uno de los principales retos del país, la vivienda. Ha sido entonces cuando ha puesto sobre la mesa los dos grandes pactos a los cuales ha llegado Esquerra con los socialistas: Rodalies y un transporte público de calidad y el nuevo modelo de financiación para el país. De nuevo, ha alargado la mano para llegar a pactos con otros partidos y agentes sociales ante el reto que supone esta negociación y ha vuelto a lamentar que, en varias ocasiones, los republicanos hayan tenido que luchar, según él, en solitario para conseguir mejoras para el país.

“Necesitamos mayorías muy amplias, porque cuando una parte está dispuesta herramientas no democráticas, necesitamos una herramienta democrática reforzada”, ha planteado el dirigente republicano, subrayando la necesidad de un “entendimiento nacional para defender la democracia y el estado del bienestar”. Durante su discurso, Junqueras se ha referido reiteradamente a las familias, y sobre todo a los más pequeños, aquellas personas que nacen en la Catalunya de hoy y que vivirán, probablemente, la del siglo XXII: “Nuestras dos mayores conquistas son la democracia y el estado del bienestar. Es lo mejor que podemos dejar a aquellos que vienen detrás de nosotros”, ha resuelto.

"Si no somos república, estaremos sujetos a arbitrariedades"

Pese a subrayar la necesidad de que el país tenga una nueva financiación y un nuevo modelo de recaudación fiscal, la madre de todos los huevos en la relación entre ERC y los socialistas, el presidente de los republicanos ha lanzado un aviso: "Quizá hay quien cree que una vez satisfecha la cuestión de la financiación, ya habrán cumplido. Se equivocan", ha empezado, asegurando que "no hay ninguna garantía que quede vigente, que funcione, que se actualice adecuadamente". "Al final, las competencias solo se pueden garantizar si dispones de todas las herramientas de un Estado. Si nosotros no somos república, siempre estaremos sujetos a arbitrariedades que puedan imponer los gobiernos españoles", ha reflexionado, la víspera del 1 de octubre.

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