Segunda semana larga de juicio, de lunes a jueves, y todas las miradas puestas en el major de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero.

Está citado, el jueves 14 de marzo. La decisión sobre si declarará o no, todavía no está tomada. Su abogada Olga Tubau quiere calibrarlo todo y si responder las preguntas de las acusaciones puede perjudicarlo de cara su juicio, pendiente de fecha en la Audiencia Nacional. Algunos de los acusados creen que sólo lo puede perjudicar.

A Trapero no se lo juzga en el Tribuna Supremo, pero la semana pasada fue uno de los protagonistas. Enric Millo, que fue delegado del Gobierno durante el 1-O y el posterior 155, cargó fuerte contra quien había dirigido toda la operación antiterrorista del 18-A. También lo hicieron los jefes del CNP y la Guardia Civil en Catalunya, Sebastián Trapote y Angel Gonzalo.

Los tres testigos se esforzaron en decir y en dejar claro, que cuando la Fiscalía pidió un coordinador y se denominó a Diego Pérez de los Cobos, Trapero se objetó.

El mismo de los Cobos hizo un ataque directo al major de los Mossos mostrándolo como una persona al servicio del poder político, y en este caso del conseller Joaquim Forn, que no quería que el mando superior de los Mossos d'Esquadra acabara en manos del coordinador impuesto por el estado español para organizar el dispositivo del 1-O.

Todos repitieron que preparó un dispositivo insuficiente, como el que se prepara para cualquier tipo de elecciones. Pero es que el Gobierno dejó claro que el 1-O se votaría "como siempre" y así lo dispuso la policía catalana en el momento de planificar el dispositivo. Primando, también, la mediación y la convivencia ciudadana, tal como lo ordenaba la jueza del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, Mercedes Armas, que va tomó el control tres días antes del referéndum y que desautorizó a la Fiscalía.

Por contra, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado planificaron el dispositivo para requisar urnas y material sin dejar de lado la fuerza. Su misión era cumplir el objetivo y lo hicieron a cualquier precio. Lo dejaron claro la semana pasada en el juicio y lo justificaron como que no hubo cargas y que las actuaciones fueron proporcionadas. Y todo sin ver ni una imagen, porque el magistrado presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha decidido que las imágenes sólo se verán en el momento de presentar las pruebas. O sea, cuando acaben todos los testigos.

La indefensión de Trapero se vio, también, el jueves, cuando declaró el primer mosso de Esquadra. Manel Castellví dejó claro que los Mossos habían avisado al Govern de que podía haber riesgo durante el 1-O y que salió "frustrado" de una reunión donde asistió con la cúpula del Govern y la cúpula de los Mossos.

Las caras de preocupación eran evidentes el jueves por la noche, una vez acabada la sesión del juicio. Las caras de todo el mundo: de abogados, acusados y, también, de parte del cuerpo de los Mossos d'Esquadra que habían seguido las palabras de Castellví por la televisión. Su testigo continúa este lunes. Tienen que preguntar todavía las defensas. Y detrás de él irá Emili Quevedo, que ya veremos hasta qué punto responderá las preguntas ya que está acusado por la Audiencia Nacional.

Después de ellos el lunes se dedica a responsables de la empresa Unipost y a un nuevo intento de la Fiscalía de intentar demostrar la malversación. Está citado también David Palanques del departamento de Treball de la Generalitat, imputado por el juzgado de Instrucción, 13. Por lo tanto, tampoco está claro que se niegue a declarar o que las partes renuncien.

El martes, están citados responsables de la empresa Artiplan, relacionada con el buzoneo y el material para el referéndum. De nuevo, intento para probar la malversación. El miércoles, declaran responsables del Govern de la Generalitat en la UE, Diplocat y The Hague Centre for Strategic Studis.

Y el jueves es el día fuerte de la semana. Declaran por la mañana Antoni Molons, David Badal y Teresa Prohías, de presidencia, y Felipe Martínez director del gabinete del Ministro de Hacienda.

Y por la tarde están citados Josep Lluís Trapero, Josep Maria Jové, Santi Vidal y Carles Viver Pi i Sunyer. Todos están imputados. Trapero en la Audiencia Nacional y el resto en el juzgado de Instrucción 13. Lo más normal es que no declaren. Al menos, Jové seguro que no lo hace. Pero todas las miradas están fijadas en el major Trapero que podría sorprender y declarar para dejar en buen lugar tanto a los Mossos y las decisiones que se tomaron, como al Govern de la Generalitat que no quiso poner en riesgo ni la ciudadanía ni proclamó ninguna república, según han explicado todos los acusados cuándo han remarcado el simbolismo de la declaración.