"Utilizaban un lenguaje prebélico", ha dicho Ángel Gozalo, jefe de la Guardia Civil en Catalunya durante el 1-O, que ha declarado después del jefe del CNP y ha explicado con detalle el dispositivo que se diseñó siempre bajo las órdenes de la fiscalía, aunque el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya tomó el control de la situación y, por lo tanto, también de las instrucciones que tenían que cumplir los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

Gozalo ha entrado en valoraciones personales que el mismo Manuel Marchena ha tenido que cortar mientras intentaba explicar los motivos por los cuales se montó el dispositivo del día del referéndum.

Hoy el fiscal ya no ha esperado que el testigo se refiriera a "murallas humanas", ya lo ha dicho él directamente en la pregunta mientras Gozalo explicaba la "pasividad de los Mossos" y el lanzamiento de objetos de la ciudadanía. Algunas respuestas, por cierto, del teniente general de la Guardia Civil son idénticas a las del jefe del CNP, como si hubieran sido preparadas.

Y en medio de su relato apasionado para describir lo que ha calificado de "muestras de desafecto", que las ha cuantificado en 131, ha tenido el lapsus sobre el material requisado: las urnas que nunca encontraron.

"El dispositivo de seguridad del 1-O tenía como premisa del cumplimiento de las instrucciones del fiscal, al que posteriormente se añadió el auto de la autoridad judicial del TSJC. Los criterios fueron fundamentalmente establecer unos equipos, secciones operativas, de antiguas demarcaciones de antes de que los Mossos d'Esquadra tomaran las competencias".

"Era un criterio de distribución geográfica" y estaba pensado para "dar una respuesta adecuada si nos requerían los Mossos y también se contemplaba una intervención directa", ha detallado.

Gozalo ha explicado que a la instrucción inicial de estar de refuerzo, después llega una orden de la Secretaría del Estado de Seguridad donde se pide actuar sin el requerimiento de los Mossos.

"Los coches no cabían en el parking"

Ángel Gozalo ha insistido en que la Guardia Civil avisó a los Mossos d'Esquadra de los registros, contrariamente a lo que se había dicho hasta ahora y lo que siempre ha mantenido la policía catalana.

La Guardia Civil investigaba el procés independentista desde el 2014. Lo ha admitido Ángel Gozalo a preguntas del abogado de Oriol Junqueras, Andreu Van den Eynde. Y ha concretado que estaban bajo las órdenes del juez instructor del 13, desde el 2016.

A preguntas de Jordi Pina, Gozalo ha justificado que los coches estuvieran en la calle, en rambla Catalunya, porque "no podían entrar, no cabían dentro del parking" de la Conselleria d'Economia. Y ha explicado que las armas estaban dentro de los coches y que se ordenó vigilar los coches desde dentro de la conselleria.

Mismos argumentos

La idea era que "el día 21 (de septiembre) quedara conformado un plan de actuación global", ha explicado Gozalo sobre la planificación que se pretendía con las reuniones que convocó la fiscalía.

Gozalo ha ido en la misma línea que el resto de testigos responsables de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y ha dicho que "cuando Trapero supo que De los Cobos sería el coordinador, se mostró disconforme de manera tajante". A diferencia del resto, sin embargo, ha hecho notar que el plan de actuación de los Mossos no se compartió igual que el resto: "Ni vi el plan de policía ni el de Mossos y ellos tampoco vieron el mío".

También ha repetido que la fiscalía creyó que el plan de los Mossos se tenía que variar porque estaba preparado para unas elecciones normales y que los Mossos tenían que precintar colegios y la Guardia Civil tenía que actuar a requerimiento de la policía de la Generalitat.

Gozalo también ha insistido en que aunque el TSJC toma el control y cesa a la fiscalía, las instrucciones del ministerio público se mantienen. El jefe de la Guardia Civil ha explicado que la magistrada Mercedes Armas lo reunió a él, a Sebastián Trapote y a Ferran López para entregarles la parte dispositiva de su auto que pedía cerrar los locales.