El tono de los socialistas catalanes, como mínimo en las formas, es más relajado que el del PSOE. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha sido mucho más crítica con el nuevo gobierno entre Junts i Esquerra que el actual ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, o el último en sumarse, el candidato de las elecciones al Parlament, Salvador Illa.

Todos coinciden en el no por respuesta a un referéndum, pero mientras Montero avisa a los independentistas de no intentar "desobedecer", Illa está convencido de que "no hay ningún tipo de riesgo que lleve a otro 1 de octubre", en declaraciones a TVE.

Quizás por eso, Illa ha hecho una defensa firme de la mesa de diálogo, colgada desde hace meses: "Habrá sinceridad, diálogo y sin vetos en la mesa de diálogo. Cuanto antes se reúnan, mejor, esta mesa y otra de diálogo en Catalunya". Así pues, ahora Illa tiene prisa para rehacer puentes, del Govern con la Moncloa, y a la vez entre los partidos del Parlament. Por eso, propone dos mesas y una mirada, aparentemente, más calmada: "Haremos una oposición leal y dura, ya aviso, pero también constructiva".

El candidato socialista recuerda que "quien pone vetos es Esquerra". Detrás de esta declaración de intenciones, no esconde la realidad paralela, la política del no: "En la mesa se puede hablar de amnistía pero el camino no es este. El camino es el reencuentro, aceptar que hay mucha gente independentista y mucha otra que no lo somos". Por eso, rechaza conceptos como "embate democrático" que en las últimas horas ha reiterado la CUP o las intenciones de Junts de ser combativos con las aspiraciones de independencia desde el primer día de la nueva legislatura: "No se trata de dialogar dos años y 'si no, embate contra el Estado'".

Señala a la CUP

En este sentido, el socialista señala a un culpable principal: "El papel que hemos visto de la CUP marcando el perfil conceptual es equivocado, es un partido antisistema y un problema que ya arrastramos desde la famosa papelera de la historia de Artur Mas". Y a modo de ejemplo, ve compatible defender el diálogo y la sentencia del 1-O que ha llevado a los líderes independentistas a la prisión: "Estoy siempre por la justicia pero a la sentencia del 1-O no le veo un punto de venganza. A mí nunca me han gustado planteamientos de revancha".

Por todo ello, ahora sí, Illa descarta "de momento" optar a la presidencia de la Generalitat. Identifica dos mayorías "posibles", una de izquierdas y una independentista. De momento, seguirá liderando la oposición en el Parlament y reafirma que no será el candidato a la alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona, la apuesta es Jaume Collboni.

A pesar de todo, el PSC tendrá un papel relevante en algunos aspectos como, por ejemplo, el relevo de cargos dentro de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, CCMA: "Hay un documento de 37 páginas donde damos nuestra posición, no nos encontrarán si quieren someter estos medios". Y añade: "Hay que reflotar la CCMA y sobre todo Catalunya Ràdio porque no reflejan el país, hay problemas económicos, hay que ser punteros en el aspecto tecnológico". La dirección de la CCMA, ahora en manos de Junts, pasará a ERC, según han adelantado a ElNacional.cat fuentes próximas a la negociación entre los dos partidos independentistas.

Foto de portada: Plano conjunto del presidente del grupo parlamentario del PSC, Salvador Illa, conversando con vecinos del barrio de Ca n'Anglada, Terrassa, el pasado 15 de mayo.