El Institut d’Estudis Catalans (IEC) ha pedido una reconsideración en el nuevo diseño de la selectividad que plantea el Gobierno al creer que "no garantiza la competencia lingüística" del catalán, castellano u otras lenguas. Según la institución ha trasladado su preocupación a la ministra de Educación, Pilar Alegría, y ha dicho que es "imprescindible" que la formación de estudiantes preuniversitarios los dote de un nivel "suficiente" de conocimientos teóricos de gramática y, más generalmente de lingüística y sociolingüística. Han visto "preocupante" que no conste ninguna lengua que no sea el latín en los llamados ejercicios de materia.

En una carta, el presidente de la Sección Filológica del IEC, Nicolau Dols, ha asegurado que para comprobar la madurez de los conocimientos lingüísticos no es suficiente "el inventario de preguntas propuesto" de respuesta cerrada, semiconstruida y abierta de hasta ciento cincuenta palabras. Dols ha señalado que un ejercicio de tipo general con inclusión de destrezas del ámbito lingüístico "no puede analizar la capacidad de comprensión y expresión en cada una de las lenguas del currículum". "Hacen falta pruebas específicas en cada lengua que permitan evaluar tanto la competencia comunicativa, como la competencia metalingüística". A finales de julio el Ministerio de Educación presentó a las comunidades autónomas una propuesta abierta para hacer una selectividad con menos exámenes y con un ejercicio general de madurez del alumnado. La propuesta, en proceso de debate, preveía una fase transitoria hasta el curso 2025-2026. A partir del curso 2026-2027 se aplicaría el modelo definitivo.

¿Cómo funcionará la nueva propuesta?

El Ministerio de Educación ha propuesto una selectividad diferente, que incluye menos exámenes y una prueba de madurez. La ministra de Educación pretende que el cambio de modelo se haga de manera "progresiva y gradual" para favorecer la adaptación del alumnado y del profesorado "con las debidas garantías". Es por eso que sugiere que el modelo actual se mantenga tres años en "tráfico", hasta que entre en vigor el definitivo. En este periodo, los alumnos harían cuatro ejercicios con la misma ponderación cada uno (25%): uno específico sobre la modalidad obligatoria escogida, dos de materias comunes (Historia de la Filosofía e Historia de España) y un cuarto ejercicio de carácter general en el cual se valoren las aptitudes asociadas al ámbito lingüístico y evalúe la madurez académica del alumnado.

Será a partir del cuarto año, el curso 2026/2027, cuando el mencionado ejercicio general de madurez pase a suponer un 75% de la nota. Así sustituirá completamente los ejercicios de las materias comunes, "ya que se construirá sobre las competencias específicas de todas ellas". Se mantendrá el ejercicio específico de modalidad, con un peso del 25%. Es decir, el alumnado ya sólo realizará dos ejercicios: uno de más globalizado y otro de materia.

Tal como se hace actualmente, la prueba de acceso se complementará con una segunda fase específica para ayudar a determinar la orden de admisión en los estudios universitarios. En esta prueba complementaria, el alumnado realizará dos ejercicios, escogiendo entre las materias comunes o de modalidad de segundo de Bachillerato.