El 26 de julio de este 2022, un motorista que se desplazaba desde Artà hacia Capdepera, en Mallorca, vivió una situación de discriminación lingüística flagrante por parte de un agente de la Guardia Civil, en el que este intentó imponerle el castellano por encima de su lengua, con amenazas de multarlo incluidas, alegando una "falta de respeto" por hablar en catalán. Plataforma per la Llengua ha sido quien se ha encargado de hacer público la denuncia después de que el motorista les explicara los hechos. Inicialmente, el agente en cuestión paró al motorista por circular a una velocidad demasiado baja, pero su discusión giró en torno al uso de la lengua. En el audio que han hecho público desde la Plataforma, se puede oír como el agente cuestiona la oficialidad del catalán y amenaza con multarlo por una falta de respeto por hablarle en catalán. Ahora, esta entidad estudia las acciones legales que se tienen que emprender para perseguir la actitud discriminatoria del agente, tal como explican en un comunicado.

Según relata el ciudadano y publica Plataforma, los agentes le dijeron que lo tenían que multar porque circulaba a una velocidad inferior a la mínima de la vía y cuando él los respondió en catalán, uno de los agentes le exigió que le hablara en castellano. El motorista, consciente de sus derechos lingüísticos, decidió seguir hablando en catalán y, después de un tira y afloja verbal, el agente le pidió los papeles del vehículo. Aprovechando este momento, la víctima pudo coger el teléfono móvil y se puso a grabar la conversación, que ahora ha hecho pública Plataforma per la Llengua.

El motorista se negó a cambiar de lengua

Como se oye en esta grabación, el motorista recriminó a los agentes que no lo podían multar porque, a pesar de circular a una velocidad inferior a la máxima, no circulaba por debajo de la mínima permitida, siempre en catalán. El agente, que parece no entender el idioma, fue insistiendo en que cambiara de lengu​a: "Le estoy pidiendo que me hable en castellano. Por educación", le dijo, ya que, según él, tendría que haber dejado de hablar en "mallorquín". El motorista le recordó que el catalán es oficial en las Illes Balears y el agente lo amenazó con multarlo por una "falta de respeto hacia los agentes de la autoridad".

El ciudadano le explicó que hablar en catalán no es ninguna falta de respeto, sino un derecho reconocido por el Estatut d'Autonomia y que tanto el castellano como el catalán son lenguas cooficiales. La adjetivación del castellano como lengua "cooficial" no gustó al agente, que saltó y dijo que "no" que "el castellano es la lengua oficial". En este momento, el agente dejó de discutir y el ciudadano le reprochó que no hablara en catalán si había sido destinado a Mallorca. Finalmente, el ciudadano fue multado por los agentes con la excusa que, supuestamente, circulaba por debajo de la velocidad mínima permitida en la carretera, sin ningún tipo de evidencia.