El Gobierno tiene asumido que este miércoles sufrirá una importante derrota justo en el arranque del curso. Será, además, una de las más cruentas de la legislatura, porque se trata de una ley estrella de este mandato: la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales. El Congreso de los Diputados debatirá y votará las enmiendas a la totalidad que Junts per Catalunya, PP y Vox han presentado para devolver el proyecto al Gobierno, tres formaciones que forman mayoría absoluta en la cámara. Es inexistente, según reconocen ministros del Gobierno, el optimismo para conseguir sacar adelante la ley este miércoles. La dan por perdida. Incluso no apelan ya a aquella idea de que hay que negociar siempre hasta el último minuto. Lo que trasladan miembros del PSOE y Sumar, a pesar del previsible porrazo, es que no se plantean hacer marcha atrás y retirar la norma con el fin de evitar esta dura derrota. Su intención es "retratar" a las formaciones que voten en contra de una medida —aseguran— que beneficia a millones de trabajadores porque no solo los hará trabajar menos horas, sino que mejorará sus condiciones salariales.
De hecho, tanto la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, como el portavoz de los socialistas en esta cámara, Patxi López, han aseverado que el ejecutivo volverá a traer la norma en un futuro, aunque tengan que empezar de nuevo con un nuevo texto. También la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, aseguraba este martes en rueda de prensa que "parece que la votación no saldrá adelante pero nosotros seguiremos hablando y trabajando con los agentes sociales para avanzar en este camino y en esta vía". El proyecto ha sido pilotado por Díaz. Pero aunque la iniciativa lleve el sello de Sumar y el encargado de negociarla haya sido su Ministerio de Trabajo, Pedro Sánchez se ha hecho suya la norma.
Por otra parte, unos y otros aseguran que la previsible derrota de este domingo no se tiene que interpretar como la imposibilidad de aprobar en un futuro los presupuestos generales del Estado de 2026 que Sánchez se ha comprometido a presentar. Así lo destacan fuentes del Gobierno y de esta manera se pronunciaba este martes la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, en una rueda de prensa: "Son carpetas absolutamente separadas; nosotros vamos tema a tema y carpeta a carpeta". Ahora bien, insistía en que esta formación independentista no dará luz verde a las cuentas del ejecutivo del PSOE hasta que "no se pague la deuda que hay con Catalunya respecto de anteriores presupuestos".
Los argumentos de Junts para oponerse a esta ley es que su aplicación no podrá ser asumida por la pequeña y mediana empresa de Catalunya, así como por sus autónomos y el sector agrícola. La formación, explicó Nogueras, "votará a favor de seguir generando riqueza y en contra de empobrecer a la clase media y trabajadora". Según exponía, el país tiene un tejido productivo conformado en un 90% por negocios con pocos empleados que podrían pasar de trabajar 40 horas semanales a "cero horas". Los independentistas lamentan que el ejecutivo de PSOE y Sumar "no explica quién pagará la reducción de jornada".
El PSOE siempre ha sido más realista que Sumar
El caso es que el PSOE siempre ha sido consciente de la dificultad de sacar adelante esta iniciativa en el Congreso de los Diputados, sobre todo por la oposición del grupo independentista que lidera Míriam Nogueras. Es por este motivo que los socialistas abogaban por dar más tiempo para negociar la medida. Pero la decisión de Sumar ha sido poner punto final al plazo de enmiendas. El Ministerio de Trabajo confiaba llegar a un acuerdo con el partido de Carles Puigdemont para que acabaran retirando su veto, pero finalmente este lunes por la noche la formación catalana confirmó al Gobierno que mantenían viva su enmienda a la totalidad.
El ala socialista del Gobierno, de todos modos, intenta evitar cualquier conflicto interno dentro de la coalición y asegura ahora que una derrota este miércoles será de todo el ejecutivo, no solo de Yolanda Díaz. Curiosamente, la misma vicepresidenta segunda del Gobierno no quiso ser crítica este martes con Junts per Catalunya, sino con el PP. En declaraciones en los pasillos del Congreso, aseguró que "Alberto Núñez Feijóo dará una bofetada a los trabajadores de este país".
"Mañana probablemente habrá una derrota parlamentaria, pero hay derrotas que se ganan en la calle", ha afirmado la ministra de Trabajo, que ha insistido en que su iniciativa cuenta con el consenso social y "cuando una norma está a favor de la gente, no hay nada que la detenga". Preguntada por si el Gobierno volverá a presentarla, ha asegurado que "no solo se tramitará, sino que se ganará".
Protesta de los sindicatos ante el Congreso
Comisiones Obreras y UGT han convocado una concentración delante del Congreso de los Diputados, en la madrileña plaza de las Cortes, a las cuatro de la tarde; que es cuando se calcula que se abordará este punto del orden del día dentro de la cámara. De hecho, los dos sindicatos se cerrarán este martes por la noche en la parroquia de San Carlos Borromeo del barrio de Entrevías de Madrid. Los secretarios generales de estos sindicatos, Unai Sordo y Pepe Álvarez, han asegurado que "perseguirán" a las formaciones que tumben la reforma de la reducción de la jornada laboral, y que exigirán al Gobierno la aprobación de un decreto ley para implantar una reglamentación del control horario.