El Financial Times reconoce en un editorial que los escoceses tienen derecho a un segundo referéndum de independencia porque ha cambiado la "situación constitucional" en que se celebró el primero, cuando todavía no se sabía que habría un Brexit, que los escoceses rechazan. En el referéndum para salir de la UE de 2016, el 62% de los escoceses votó a favor de quedarse. En el referéndum de independencia, en 2014, el 'no' ganó con un 55% de los votos. El diario de referencia de la City financiera de Londres sólo añade una condición: que los partidos pro-referéndum obtengan mayoría en las próximas elecciones escocesas que, si no se adelantan, se celebrarán en 2021.

Este es el último párrafo del editorial, muy claro: "Este diario apoya con firmeza al Reino Unido como uno de los matrimonios políticos de mayor éxito de la historia. Pero el argumento de que la salida de Gran Bretaña de la UE cambia la situación constitucional es legítimo. Si los partidos que apoyan inequívocamente un nuevo referéndum de independencia ganan la mayoría bajo el sistema proporcional de Escocia en las elecciones [escocesas] de 2021, conceder un segundo referéndum resultaría indiscutible. Si se quiere preservar el Reino Unido, el gobierno [británico] debe hacer todo lo posible para convencer a los escoceses a votar 'no' de nuevo".

El argumento del diario para pedir una nueva victoria electoral en Escocia es que el actual 45% de los votos obtenidos en las últimas elecciones generales "no otorga ningún mandato" a los independentistas para un segundo referéndum.

Reconoce, sin embargo, que la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, tiene razón cuando alega que el gobierno británico ha ignorado sus propuestas de permanecer, al menos, dentro del mercado único europeo, mientras que, de hecho, ha concedido a Irlanda del Norte un estatus parecido. El Brexit también perdió en Irlanda del Norte.

El Financial Times avisa, sin embargo, de que sería difícil que Escocia cuadrara sus cuentas sin las transferencias que llegan del gobierno británico a causa de la caída del precio del petróleo del Mar del Norte, del que dependen los ingresos de Escocia. Antes del referéndum de 2014, el precio del crudo era de 100 dólares/barril. Actualmente es de 65 dólares. También pronostica que la Escocia independiente tendría una "frontera dura" con Inglaterra y que eso le supondría pérdidas comerciales.