El rey de España, Felipe VI, ha participado este viernes en Gernika por primera vez en un acto de reconocimiento a las víctimas del franquismo. Pero ha evitado toda condena del brutal ataque aéreo perpetrado por la aviación alemana e italiana en 1937, las tropas aliadas del golpista Francisco Franco en la guerra civil, que redujo a escombros y cenizas la histórica población vasca. Quien sí lo ha hecho ha sido el impulsor del reconocimiento, nada menos que el presidente de la República Federal Alemana, Frank-Walter Steinmeier, que ha dejado en evidencia el silencio de la monarquía y el Estado español ante los hechos. Y más cuando aún no hace quince días que se conmemoraba oficialmente el cincuentenario de la muerte de Franco en clave de inicio del período democrático.
El gesto de Alemania con las víctimas de la Legión Cóndor, similar a otros actos de petición de perdón y reparación por la barbarie nazi en la Segunda Guerra Mundial, ha arrastrado a Felipe VI, que ha participado en la ofrenda floral en el cementerio de Zallo, en la villa vasca. Ha sido una imagen histórica, dada la presencia de los dos jefes de Estado, el de la República Federal Alemana y el del Reino de España, acompañados por el lehendakari, Imanol Pradales. En el acto, durante el cual funcionarios de la embajada de Alemania en España han depositado una corona de flores en el mausoleo que recuerda a las víctimas, ha predominado la solemnidad, con un emotivo minuto de silencio de los asistentes. Miembros de la Sociedad Coral y la Banda de Txistularis de Bilbao han interpretado Gernika, de Pablo Sorozabal. Se han escuchado cinco repiques de la campana que hay junto al templete de las víctimas. La campana proviene de la iglesia de San Juan de Ibarra, que fue arrasada por las bombas fascistas.
Posteriormente, Steinmeier, a quien también acompañaba su esposa, Elke Bünder, y Felipe VI han acudido al emblemático Museo de la Paz de Gernika, donde han conversado con las nonagenarias Crucita Etxabe y María del Carmen Agirre, dos supervivientes de las bombas. Posteriormente, el presidente de la RFA ha pronunciado unas palabras de condena a la responsabilidad histórica de su país en los hechos, asumiendo lo que ha calificado de "crimen brutal". "No soy el primer alemán que viene aquí y lo hace en el lugar, pero creo que es bueno para nuestras relaciones bilaterales que, por primera vez, un presidente alemán esté aquí personalmente para reconocer la responsabilidad por los hechos de entonces", ha dicho. Steienmeier ha abogado por la paz y ha pedido que "defendamos la democracia, no solo en España, sino en toda Europa". El rey de España no se ha considerado aludido por el gesto del presidente alemán y ha evitado verbalizar toda condena de los hechos.
Franco jamás lo reconoció
Tampoco el dictador Francisco Franco reconoció nunca ningún vínculo con la brutal acción en apoyo de su ejército de sublevados realizada hace 88 años por la aviación nazi y fascista. Descargaron miles de bombas y provocaron cientos de muertos, además de destruir el 80% del casco urbano de la emblemática villa foral, donde se encuentra el roble que simboliza las libertades vascas. Alemania ya pidió perdón en 1997 con una carta del entonces presidente, Roman Herzog.
El lehendakari Pradales pidió hace unos días que España tomara nota de la actitud de Alemania. El presidente del PNV, Aitor Esteban, ha lamentado que una monarquía "puesta por Franco" no haya pedido perdón por Gernika y ha lamentado que Felipe VI haya ido a la villa "como mero acompañante" y "sin aportar nada". En los actos han participado representantes del PNV, el PSE-EE, el PP y Sumar, además de numerosos miembros de las instituciones vascas. EH Bildu, en cambio, ha rechazado estar presente por la asistencia del monarca español. También ha habido protestas organizadas en Gernika por grupos juveniles de la izquierda abertzale.
