Los trabajadores de la Delegación del Gobierno en Madrid desmienten la tesis del informe de la Guàrdia Civil que acusaba al ente de ocultar supuestas llamadas a manifestantes para presionarles para anular concentraciones posteriores al 8-M después de haber autorizado las marchas feministas, según adelanta eldiario.es.

El primer informe que los agentes enviaron a la jueza Carmen Rodríguez-Medel, que lleva el caso, defendía que "la inexistencia de ningún tipo de registro de estas llamadas telefónicas en los expedientes remitidos por la DG (...) hace considerar la posible intencionalidad de la DG en que las mismas no figuren en ningún registro oficial".

Las declaraciones de los trabajadores de la delegación, sin embargo, contradicen esta teoría. Confirman que, entre el 10 y el 14 de marzo, se hicieron llamadas para informar a los organizadores de los riesgos de contagio del coronavirus pero que en ningún caso se les presionó para cancelar, cosa que también aseguraron los organizadores.

Argumentan que las llamadas se hicieron a partir del día 10 porqué fue el 9 de marzo cuando se detectó un "crecimiento vertiginoso" de los casos. Según las declaraciones de los trabajadores, todos los convocantes, excepto uno, decidieron suspender las concentraciones por propia voluntad.

En cuanto al registro, los trabajadores explican que las llamadas nunca se registran y niegan que nadie les diera órdenes expresas de no registrarlas. Sí que ha quedado constancia de los correos electrónicos en que la delegación pidió a los convocantes que enviaran si decidían suspender los actos.

"No es habitual llamar y tampoco grabarlo", defiende una trabajadores en su declaración, donde niega que tuviera órdenes expresas de no hacerlo.

En el segundo informe de la Guardia Civil, donde se incluyen estos testimonios, ya no se hace ninguna alusión a la "intencionalidad" de la Delegación de esconder estas comunicaciones. Sin embargo, en el resumen inicial se destaca que las llamadas no se registraron, pero no se menciona que los trabajadores defienden que nunca se registraban y que niegan recibir instrucciones de no anotarlas.