El Govern ha asegurado que la reunión de la Conferencia Sectorial de Energía, donde participa el Gobierno y las comunidades autónomas para abordar el decreto de ahorro energético, es una "pérdida de tiempo". El secretario de Empresa y Competitividad de la Generalitat, Albert Castellanos, ha afirmado que en el encuentro con el ministerio de Transición Ecológica y de Industria, Comercio y turismo, "no se ha resuelto ninguna de las dudas generales, ni se ha tenido en cuenta ninguna de las críticas y opiniones que han surgido". A la salida, Castellanos, en atención a los medios de comunicación, ha insistido en que es "imprescindible" aclarar "las incertidumbres que genera un decreto hecho a toda prisa y de manera precipitada". Además, ha añadido que la actitud del ejecutivo español "facilita a la derecha hacer demagogia sobre las cuestiones que son absolutamente imprescindibles".

Al acabar, el Gobierno ha confirmado, vía la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que no retirará ni modificará el decreto para el plan de ahorro energético. Es decir, desoirá las demandas y las enmiendas de Catalunya. Hay que recordar que en la Conferencia Sectorial de Energía varias comunidades le han pedido que se retire el decreto, de la misma manera que lo han hecho varios dirigentes del Partido Popular los últimos días. Ribera ha recordado que el decreto ya está en vigor —desde su publicación en el Boletín Oficial del Estado—. Aparte, ha descartado que haya ningún aplazamiento de la entrada en vigor de las medidas, como habían pedido algunas comunidades como Catalunya. Por otra parte, la vicepresidenta española ha destacado que la reunión ha tenido un tono cordial y que las comunidades han mostrado su predisposición para colaborar en materia de ahorro energético y presentar propuestas concretas. Al respecto, Ribera se ha mostrado "contenta" y ha dicho que el Gobierno está abierto a recibir propuestas hasta el 31 de agosto, de cara a presentar el plano final de ahorro en Bruselas en septiembre.

Bruselas está preocupada por la crisis energética que asalta Europa. Es por eso que los estados miembros se han puesto manos a la obra y han fijado uno acuerdo para una cuota de ahorro, que hoy por hoy es voluntaria si Moscú no cierra el grifo del gas, del 15% en el consumo energético para hacer frente a la escasez, todavía que con algunas excepciones para aquellos países que dependen menos de Rusia, como es el caso del Estado español. El Consejo de Ministros del Gobierno ya ha aprobado un paquete de medidas urgentes para ahorrar energía y reducir el consumo en un 7%, y que incluye, entre otras restricciones, limitar la temperatura de las grandes superficies y el transporte entre los 19 y 27 grados, y restringir la iluminación de los escaparates y los edificios públicos. Por ejemplo, el país vecino, Francia, se ha comprometido con Bruselas de manera muy ambiciosa a reducir en un 10% el consumo energético y del gas hasta el 2024, y en un 40% antes del 2050. "Para reducir nuestra dependencia del gas y petróleo (de Rusia) se tiene que intensificar el esfuerzo de sobriedad energética que tiene que implicar a todo el mundo", aseveró al portavoz del Gobierno, Olivier Véran.