La Vanguardia y El Periódico indican hoy en la portada cuál será el próximo campo de batalla de la política española los próximos meses: la renovación del Consejo General del Poder Judicial. La actual coalición de gobierno quiere cambiar la ley para que pueda hacerse por mayoría absoluta —no cualificada, como ahora, cosa que exige la participación del PP y le da, por tanto, poder de vetar cualquier cambio, que es lo que ha hecho siempre que no tiene mayoría, como esta legislatura. Al actual Consejo —hecho a medida del PP— le caducó el mandato hace dos años, aunque actúa como si nada. Esta semana, por ejemplo, promovió a tres nuevos jueces al Supremo, entre ellos el único magistrado de la Gürtel que pidió la absolución del PP. Todo muy normal.

De la apuesta por la dificultad judicial sale perdiendo la noticia de la fecha de las elecciones en el Parlament, por las que uno y otro diario suspiran abiertamente desde otoño de 2019 y secretamente desde el mismo 22 de diciembre de 2017. Se hace un poco extraño, porque mientras la cosa judicial es, hoy por hoy, un deseo —que gusta mucho a esos diarios, eso sí— la fecha de las elecciones es un hecho e incluso podían venderlo como una, digamos, conquista propia. O no, pensándolo bien, porque las elecciones vienen gracias a la oportuna intervención del Tribunal Supremo y queda feo ponerse a favor. En fin. Seguramente todas estas son torpes especulaciones y la verdad es que las elecciones son ropa vieja: sólo faltaba conocer la fecha.

Los diarios de Madrid (y Ara) abren portada con el confinamiento perimetral de Madrid capital y otros nueve municipios más de la región presidida por Isabel Díaz Ayuso. El País lo hace con un título que evoca, por contraste, Roma, città aperta, obra maestra del neorrealismo italiano. (Quizás no tiene nada ver y es una conexión pelín exagerada, incluso pedante). Es una decisión lógica. Ya se sabe que "Madrid es España dentro de España", como dijo la misma Ayuso.

Sorprende, sin embargo, que no se dé más bola a la dimisión del consejero de Políticas Sociales, Igualdad y Natalidad de la Comunidad de Madrid, Alberto Reyero, de Ciudadanos. Saber que hay un consejero de Natalidad ha hecho levantar la ceja a más de una y de uno, sí, pero aquí lo importante es si esta dimisión —el hombre había sido excluido por Ayuso en la gestión de la pandemia— quiere decir que a la presidenta la cabeza le huele a pólvora. Vaya, que si Cs vira hacia el PSOE, con quien también suma mayoría en la Asamblea de Madrid, para tumbar al llamado trifachito que ahora gobierna la región.

Los compañeros de viaje El Mundo y La Razón hablan del "caos" que supone el cierre de Madrid. El origen de este "caos" y de las pérdidas económicas que pronostican esos diarios —con datos que se sacan del sombrero— es, justamente, la gestión del gobierno Ayuso. El confinamiento de 14 días funcionará (siempre funciona). Esperamos como agua de mayo el relato que se ingenbiarán esos tres diarios para premiar a la lideresa y culpar al ministro Illa de las maldades que quieran fabricar.

La portada de ABC con Felipe González diciendo nosequè del Rey y la Transición parece el cartel de un remake de La Noche de los Muertos Vivientes, esa película de culto sobre las peripecias de siete personas atrapadas en un casón de Pensilvania donde son atacadas por zombis caníbales. Tiene gracia que el expresidente español defienda a Mariano Rajoy, con quien podría fundar una asociación de víctimas de la corrupción, a la que también podría apuntarse el emérito. Ciertamente, el tabloide monárquico es un diario, digamos, idiosincrático y pintoresco, pero portadas como la de hoy dejan serias dudas sobre su criterio editorial. Tantas como presentar al PP como víctima del bloqueo del Poder Judicial que este mismo partido promueve, y echarle la culpa a las maquinaciones de Pedro Sánchez.

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