El 30 de octubre del 2018, un año y tres días después de la declaración unilateral de independencia, el Palau de la Generalitat fue la sede de la esperada presentación del Consell per la República. Con Carles Puigdemont en Waterloo y Quim Torra, entonces presidente de la Generalitat, en Barcelona, aquel acontecimiento reunió toda la plana mayor del independentismo en el Saló de Sant Jordi del Palau, con una excepción, la de la CUP, que rechazó participar de este "Govern en el exilio" desde un primer momento (Poble Lliure se implicaría más adelante). Salvo los capitalistas, había representadas todas las sensibilidades del independentismo, así como miembros del Govern de aquel momento, también quien era su vicepresident, Pere Aragonès. Todo ello, sin escapar de las críticas para ser considerado por algunos como un instrumento al servicio de Junts, partido en el cual militan la mayoría de sus cargos o por querer suplantar instituciones catalanas como el mismo Govern o el Parlament de Catalunya a través de la llamada Assemblea de Representants. Ahora, el presidente Puigdemont vuelve a ser noticia en el Estado por su papel clave en la negociación de una posible investidura de Pedro Sánchez y, el Consell que preside desde hace cinco años, también después de que haya decidido disolver la mencionada Assemblea, hecho que ha provocado a algunas críticas dentro de la misma entidad. ¿Ahora bien, cómo ha sido el camino del Consell en estos cinco años hasta llegar a hoy?

Aunque el Consell per la República se presentó en sociedad oficialmente el 30 de octubre de 2018, este hacía tiempo que se estaba gestando en Waterloo con Carles Puigdemont y Toni Comín, el encargado de dirigirlo, al frente. Una semana antes de la presentación en el Saló de Sant Jordi, Puigdemont reunió el independentismo en Bélgica para explicarlos sus planes: crear un organismo para hacer todo aquello que el Govern de la Generalitat de Quim Torra no llegara, o directamente, no pudiera, por las injerencias del Estado. El recuerdo de la aplicación del artículo 155 y la suspensión del autogobierno era muy reciente y el mismo Puigdemont explicó en aquella conferencia en Palau, en la que intervino por videollamada, que al Consell per la República nadie le podría aplicar este artículo de la Constitución: "Actuaremos sin el consentimiento del Estado", dejó claro, mientras que Pere Aragonès, entonces vicepresident prefirió destacar la tarea a la hora de internacionalizar el conflicto, pero también subrayó que tendría "manos libres". Clara Ponsatí, que después también ha sido crítica con este ente, animaba el otoño del 2018 a sumarse al Consell, que sería "inmune a la represión".

Presentación Consell per la República Govern Puigdemont - Sergi Alcàzar
Presentación Consell per la República / Foto: Sergi Alcàzar

Un espacio "libre de miedo"

A partir de su presentación, el Consell fue recogiendo socios, que pagaban 10 euros de donación para serlo, hecho que provocó a muchos titulares a fuera de las fronteras de Catalunya, como todo lo que rodeaba este organismo comandado desde el exilio. Su siguiente gran acto fue el 8 de diciembre, día festivo en el Estado, en Bruselas, donde se presentó otra vez con la presencia de miembros del Govern y de otros partidos, de nuevo con la excepción de la CUP. En aquel momento, sin embargo, el Consejo ya había incorporado miembros de Poble Lliure. "Será un espacio libre de miedo donde se podrá hacer todo lo que no se pueda hacer al Estado", insistió Puigdemont aquel día de la Purísima, entre llamamientos a la unidad del independentismo, en que cinco años después, siguen al orden del día. En aquel momento, todavía faltaban un par de meses para que empezara el juicio a los líderes del procés, y Pedro Sánchez ya había llegado al Gobierno después de presentar una moción de censura contra Mariano Rajoy, con los votos a favor de Junts y ERC.

Desde el momento de su fundación, el Consell ha estado estrechamente relacionado con Junts, aunque quería ser un organismo al margen de la lógica de partidos. En marzo del 2019, sin embargo, con el juicio ya en marcha, ERC entró por primera vez en el organigrama del Consejo, con Isaac Periare, alcalde de Prats del Lluçanès, y Rut Ribas, diputada en el Parlament. Toni Comín, que dirigía el Consejo, todavía es uno de los vicepresidentes, había ido a las listas de ERC a las elecciones del 21 de diciembre de 2017, en las cuales fue elegido diputado, pero no era militante de ningún partido.

El acto en Perpinyà, un catalizador para el Consell

El Consell vivió un punto de inflexión el 29 de febrero del 2020, año bisiesto. Cuando solo faltaban dos semanas para que se decretara el confinamiento total de la población y la covid todavía era una desconocida, hasta 200.000 personas, según los organizadores, se reunieron en Perpinyà en el gran acto de esta entidad que desbordó todas sus expectativas: hasta un centenar de buses no pudieron llegar a la ciudad y los accesos a la capital de la Catalunya Nord quedaron colapsados para ver al presidente y los consellers en el exilio. Después de aquella jornada, se disparó la adhesión de nuevos miembros al Consejo. En este, Puigdemont hizo un nuevo llamamiento a la unidad y a la coordinación del independentismo, pidiendo "superar los errores del pasado y vencer dudas y debilidades". Oriol Junqueras también intervino en este acto a través de un audio enviado desde Lledoners: "Avanzamos cuando no nos equivocamos de adversario", decía en febrero del 2020.

Acte Puigdemont Perpinyà Consejo República Roberto Lázaro
Miembros del Consell per la República, en Perpinyà/ Foto: Roberto Lázaro

Ruptura con Esquerra

Aquel fue el último gran acto unitario del Consell per la República con las diferentes sensibilidades del independentismo. A finales de año, y ya con las elecciones del 14-F convocadas, este organismo convocó para el 19 de diciembre de 2020 el acto fundacional de la Assemblea de Representants Electes, la gota que colmó el vaso para ERC. El día antes, Sergi Sabrià, entonces presidente del grupo parlamentario del partido, envió una carta a Puigdemont asegurando que aquel acto era  "partidista e interesado", en favor de Junts per Catalunya, rival de los republicanos a los comicios. También le reprochó que su organismo no estaba cumpliendo con los objetivos que se habían marcado, y a los cuales en un principio se había añadido Esquerra.

Papel protagonista durante la negociación para la investidura

Con las relaciones con ERC rotas, el Consell volvió a tomar protagonismo durante las largas negociaciones entre republicanos y juntaires para conseguir formar Gobierno después del 14-F. Los primeros, que tenían que presidir a la Generalitat después de conseguir a un diputado más que sus rivales, no querían que el Gobierno cediera poder en el Consell per la República, mientras que Junts apostaba para que este tuviera cada vez más peso y sirviera para coordinar y dirigir la estrategia del independentismo. Estos tira y aflojas se alargaron durante semanas, incluso cuando el Consell aseguraba que "quería formar de la solución y no del problema". Hasta que no se llegó a un acuerdo de investidura, desde de ERC cargaron muy duramente contra el ente, censurando su "falta de neutralidad". Oriol Junqueras llegó a reclamar que la presidencia de la Generalitat no podía estar "ni tutelada ni controlada", reclamando una reforma por conseguir que fuera, como en sus orígenes, un espacio transversal. Estas declaraciones no cayeron bien dentro de este espacio del independentismo, que negó querer tutelas.

Meses más tarde de la investidura de Aragonès se constituyó la Asamblea de Representantes del Consell per la República, con 121 representantes que habían escogido a las personas inscritas en el registro ciudadano del ente. En aquellas elecciones, Ona Curto, concejala de la CUP, se convirtió en la presidenta del parlamento del Consell. Posteriormente, se formaron sus cinco comisiones y ya en el 2022, se celebró un nuevo debate de investidura de Carles Puigdemont como presidente en Canet de Rosselló, en lo que incidió en la importancia de reducir la dependencia de los partidos. Durante este tiempo, el Consell ha ido posicionando en temas de la actualidad política de Catalunya, desde el catalán en la escuela hasta los Jocs d'Hivern de 2030, siempre animando el independentismo a participar en las movilizaciones que se han ido convocando desde las diferentes entidades.

Críticas internas por la última decisión del president

Ahora, el Consell vuelve a ser noticia, como lo es todo lo que rodea al presidente Puigdemont. A la espera de que este martes revele desde Bruselas el marco negociador de Junts para una investidura de Pedro Sánchez, el presidente en el exilio ha decidido reformular la Assemblea de Representants. Su propuesta, tal como explica él mismo en una carta a los miembros de la entidad, consiste en disolverla para crear dos órganos nuevos: una de representación de los consejos locales y la otra para elaborar legislación republicana. La reforma tendrá que ser votada por los adheridos al Consell. Esta decisión, sin embargo, ha provocado controversia dentro de la entidad. Concretamente, miembros de la Comisión de Política Interior han denunciado que esta decisión parece propia "de las cúpulas de partidos con poca o nula democracia interna", criticando que se ha tomado por sorpresa: "Es contraria a los valores de la República en que pretendemos vivir", insisten los miembros de la comisión, la única que, de momento, ha mostrado públicamente su disconformidad con la decisión del president.