La segunda vuelta de las negociaciones para cerrar apoyos para la investidura de Pere Aragonès y la construcción de un nuevo gobierno ya está en marcha. ERC ha vuelto a empezar por la CUP. Ambas formaciones se han citado esta mañana con la demanda de los anticapitalistas para rehacer de arriba abajo el modelo de orden público de Catalunya.

De la cita ha salido el compromiso de las dos partes para abordar un plan de choque que permita un "cambio profundo" en el ámbito de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Las conversaciones para hacer Govern se han visto salpicadas de lleno por la revuelta de estos días en las calles de Barcelona y otras ciudades catalanas. Los anticapitalistas consideran que es imprescindible disolver la Brimo, el área específica de antidisturbios a la que acusan de abuso policial. Sobre la existencia de esta unidad, el vicepresident Aragonès señaló este lunes que aunque se puedan introducir cambios, es importante que el cuerpo de Mossos d'Esquadra disponga de agentes especializados para hacer frente a alteraciones del orden público como las que se han producido las últimas noches.

Esta mañana, la CUP y los comunes han coincidido en la necesidad de presionar para que en Catalunya se prohíban los proyectiles de foam, como ya se hizo años atrás con las pelotas de goma. Sea como sea, en Esquerra Republicana son partidarios de que este debate se aborde de manera serena, en el marco de la nueva legislatura y con una comisión parlamentaria específica.

Pacto Nacional Antifascista

Más allá de la seguridad, los dos partidos han acordado un cambio de dinámicas en relación a la pasada legislatura, tanto en lo que tiene que ver con el camino hacia la República como en las políticas sociales. En este sentido, se ha empezado a avanzar en las medidas que el nuevo ejecutivo tendrá que tomar de manera inminente para paliar los efectos de la crisis.

Asimismo, y según ha anunciado la CUP, se ha pactado con ERC el impulso de un Pacto Nacional Antifascista, que tiene como objetivo trazar un cordón sanitario a Vox, que ha entrado como cuarta fuerza en la cámara catalana, con 11 diputados.

Este miércoles, los cupaires empiezan una serie de asambleas territoriales para debatir sobre qué papel tiene que tener el partido en la nueva legislatura, ahora que las urnas los han premiado con 9 escaños. Una de las opciones que se plantean es la posibilidad de luchar por la presidencia del Parlament.