La Comisión Europea ha optado por silbar y mirar hacia otro lado ante la denuncia sobre las amenazas de violencia y de elementos de extrema derecha infiltrados en el ejército español. Así se desprende de la respuesta a la pregunta por escrito presentada por el eurodiputado de Junts Carles Puigdemont sobre la situación del ejército español y las medidas adoptadas por estados miembros de la Unión para purgar a la extrema derecha sus fuerzas armadas.

"La organización y la gestión del ejército son competencia de cada Estado miembro", se ha limitado a responder la Comisión.

Cartas al Rey

La pregunta de Puigdemont recuerda que el 2 de diciembre del 2020 se publicó que un grupo de oficiales retirados del ejército español habían enviado una carta al rey Felipe VI, que este no desautorizó, en la que mostraban la preocupación por las relaciones entre el Gobierno de Pedro Sánchez y partidos independentistas.

Recuerda también que un teniente coronel del ejército reveló que algunos de estos oficiales especularon en un chat de WhatsApp con la posibilidad de bombardear a la ANC u organizar un golpe de Estado. "Desde el final de la dictadura se han escuchado observaciones similares cada pocos años", advierte Puigdemont.

Purgar la extrema derecha

Asimismo recuerdan que el Gobierno alemán disolvió una unidad de las fuerzas especiales por sus vínculos con la extrema derecha, lo cual "constituye una medida ejemplar para la Unión".

En la iniciativa parlamentaria, Puigdemont pregunta a la Comisión si está al corriente de estos hechos, cómo evalúa las medidas adoptadas por Estados miembros para purgar elementos de extrema derecha de sus ejércitos y si propondrá directrices en este sentido a los estados miembros, teniendo en cuenta la voluntad de una mayor integració en materia de defensa.

La pregunta ha recibido, sin embargo, una respuesta de una línea y media, por parte de la comisaria de Asuntos Interiores, Ylva Johansson, en nombre de la Comisión Europea, para dejar claro que la gestión del ejército es cosa de cada Estado.