Ha tenido que pasar un año desde aquel fatídico 29 de octubre de 2024 para que Carlos Mazón anuncie, finalmente, su dimisión. Aquel día, el ahora president en funciones de la Generalitat Valenciana estuvo ausente durante las horas más críticas de la DANA, que se cobró la vida de 229 personas en el País Valencià. Su presidencia de poco más de dos años estará marcada por aquella todavía misteriosa comida en El Ventorro, de la cual vamos conociendo detalles poco a poco: el último, que a las 17.40 horas vio un vídeo estremecedor de Utiel completamente inundado por el desbordamiento del río Magro. Lejos de correr hacia el centro de coordinación de emergencias, el jefe del Consell continuó en la mesa con la periodista Maribel Vilaplana hasta, parece, las 18.45 horas. Pendientes de su futuro judicial, lo cierto es que Mazón será recordado como el president que desapareció en el peor día para los valencianos.
🔴 Carlos Mazón dimite, DIRECTO | Última hora y reacciones
 
Nacido en Alacant en abril de 1974, sus inicios en política ya fueron polémicos. En la época en que se licenció en Derecho en la Universitat d'Alacant (1997), se afilió a las Nuevas Generaciones del PP y unos años después, en 2004, ya fue ascendido por el president Francisco Camps a director general de Consumo y Seguridad Industrial. Así, fue responsable del servicio de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) privatizado por los gobiernos populares... una privatización que fue objeto de investigación judicial en el llamado caso Erial, en el que Eduardo Zaplana fue condenado a diez años de prisión. Siendo él zaplanista, Mazón fue apartado de la Generalitat y se convirtió en vicepresidente de la Diputación de Alacant, y fue imputado en el llamado caso Brugal, por la presunta financiación ilegal de la fundación del Hércules Club de Fútbol.
De un inicio polémico a un ascenso meteórico
En 2009 abandonó la vicepresidencia de la Diputación, pero no el acta de diputado provincial, y pasaría una década lejos de la primera línea de la política institucional —dedicándose, en parte, a la música y presentándose a Eurovisión—. No fue un paso atrás, sino que le sirvió para coger impulso y disparar su carrera política. Primero, en 2019, conseguiría el acta de concejal en el Ayuntamiento de Alacant; después, la presidencia del órgano de gobierno provincial. En 2020, se convirtió en presidente del PP alicantino y, un año más tarde, líder absoluto del PP valenciano —en medio de una profunda crisis por la acumulación de casos de corrupción en todo el País Valencià—.
En sustitución de Isabel Bonig, Mazón fue la cara visible de la recuperación de los populares, y fue capaz de vencer al president socialista Ximo Puig en las elecciones a las Corts Valencianes de 2023. Todo, en unos comicios autonómicos que terminaron con una ola azul en todo el Estado. Eso sí, no tuvo suficiente con sus diputados y necesitó el apoyo de la extrema derecha de Vox para convertirse en el noveno presidente de la Generalitat Valenciana. Tanto el acuerdo entre las dos formaciones como la sesión de investidura estuvieron marcados por un discurso profundamente anticatalanista, que se ha alargado durante estos dos años. De hecho, ¿cuántas veces le hemos oído hablar en valenciano? Prácticamente, solo en una comparecencia después de la DANA y por el aniversario de la catástrofe, y punto.
Antes de la DANA: la UVE y el 'País Valencià'
Más allá de arrinconar el catalán, entre otras medidas, aquel acuerdo de investidura con la ultraderecha incluyó un punto que lo perseguirá para siempre: la disolución de la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE), bajo la premisa de que añadía más complejidad a la gestión de las emergencias. Unos meses después, el país sufría la primera tragedia: el incendio mortal de Campanar, con diez muertos —que se convertiría en una especie de previa de lo que pasaría en octubre de 2024—. Es por hechos como estos que se ha vuelto célebre la frase de la líder de Compromís Mónica Oltra que los del PP valenciano son "más peligrosos por incompetentes que por corruptos".
Unas semanas antes de la DANA, Mazón mostraba en público su principal preocupación: el término País Valencià. El president de la Generalitat se enganchó con uno de los periodistas de ElNacional.cat cuando le preguntó sobre financiación. "¿El presidente Sánchez le ha hecho algún tipo de seducción de intentar extrapolar el pacto (de la financiación en Catalunya entre ERC y el PSOE) al País Valencià?", preguntó el redactor. Y Mazón, soberbio como ha sido hasta el último día, le reprochó el uso de esta terminología porque el Estatut dice que el nombre es Comunitat Valenciana. Lo que no sabía el president es que el preámbulo del Estatut sí que habla del País Valencià, pero la Verdad no es uno de sus puntos fuertes.
El día que abandonó a los valencianos
El 29 de octubre de 2024, el president comparecía por primera vez al mediodía para decir que todo estaba bien: "Los embalses están acumulando el agua recibida sin problemas. No tenemos ninguna alerta hidrológica, esto es una buena noticia. (...) Según la previsión, el temporal se desplaza hacia la Serranía de Cuenca en estos momentos, por lo cual se espera que, alrededor de las 18 horas, disminuirá su intensidad". Unas horas después, habían muerto 229 personas, a causa de una gota fría monstruosa de la cual los servicios meteorológicos ya habían advertido. Aún ahora, la tesis de Mazón es que ninguno de los órganos dependientes del Gobierno les había avisado, aunque sí lo hizo, por ejemplo, una meteoróloga de À Punt que ahora han fulminado.
¿Dónde estaba el president? Se ha hablado mucho en el último año de la cronología de aquel día, difícil de reconstruir por culpa de las diferentes versiones que tanto él como su equipo se inventaron. Si bien aún no sabemos con certeza qué pasó, sí sabemos que Mazón se dirigió hacia el restaurante El Ventorro a las 14.45 para comer con la periodista Maribel Vilaplana, y allí estuvo unas cuatro horas, mientras recibía llamadas para gestionar la emergencia y veía imágenes de las primeras inundaciones en Utiel. Después de abandonar el local, sobre las 18.45, volvió a desaparecer durante 37 minutos, y se dice que no llegó al CECOPI hasta las 20.28. Es decir, cuando ya hacía un cuarto de hora que se había enviado la alerta a la población y cuando ya hacía un buen rato que se habían producido la mayoría de las víctimas mortales. La segunda comparecencia del presidente llegaba a las 21.24, aunque no confirmó ninguna defunción hasta pasadas las doce de la madrugada.
Mentiras y falta de transparencia
A partir de aquí, las versiones de Mazón y de la Generalitat sobre qué pasó aquel día han bailado constantemente. Aún hoy hay que acabar de entender por qué no se envió la alerta hasta las 20.12 horas, de la misma manera que hay que averiguar por qué el president se ausentó durante tanto rato. Y surgen preguntas como las siguientes: en qué grado influyó su ausencia en la toma de decisiones, o si se podrían haber salvado más vidas si él hubiera estado más presente. El caso está en manos de un juzgado de Catarroja, que aún no puede investigar el papel de Mazón a causa de su aforamiento —que podrá mantener pese a la dimisión, ya que las primeras informaciones apuntan a que no renunciará al acta de diputado—.
Las mentiras, la falta de transparencia y la falta de asunciones de responsabilidades han hecho salir a miles y miles de personas a la calle para protestar contra el gobierno del PP. De hecho, estas manifestaciones nos permiten ver otro de los puntales de Mazón al frente del Consell: la censura en la cadena autonómica, À Punt, donde se prefirieron emitir toros por delante de la movilización del primer aniversario. Lo que nadie pudo tapar fueron los gritos de las víctimas en el funeral de Estado, que finalmente han conseguido una de las cosas que querían: la dimisión de Mazón. Ahora, aún les queda obtener toda la verdad y toda la justicia.
El apoyo del PP a Mazón hasta el final
Si ha aguantado hasta ahora ha sido por el apoyo de su partido, en especial de su líder, Alberto Núñez Feijóo. Hasta ahora, los populares le habían apoyado y habían responsabilizado constantemente al Gobierno de Pedro Sánchez, acusándolo de una supuesta falta de información. En el punto de mira, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y el Ministerio de Transición Ecológica, pese a las numerosas informaciones sobre cómo sí habían transmitido correctamente los datos necesarios para prever la emergencia.
Todo cambió con los gritos del funeral, que finalmente consiguieron remover conciencias entre los populares, que han visto cómo seguían perdiendo votos ante el auge de Vox —socio necesario para la continuidad del president (con la aprobación de los últimos presupuestos, además de la polémica consulta sobre la lengua en las escuelas) y el actor que más se ha aprovechado de la tragedia para sacar rédito político—. Ni una semana ha tardado Feijóo en hablar seriamente con Mazón, y tampoco ha tardado ni una semana en llegar la noticia de la dimisión. Tras las conversaciones con el líder del PP, el president ha comparecido este lunes para anunciar lo que mucha gente esperaba. Eso sí, se ha mantenido fiel a su estilo hasta el final: sin aclarar su ausencia, culpando al Gobierno y erigiéndose como víctima. Sobre todo, erigiéndose como víctima: su "ya no puedo más" quedará en la memoria de las familias de las 229 personas muertas por la DANA del 29 de octubre de 2024.
