El rey Juan Carlos, en ejercicio de su cargo como jefe del Estado, presionaba al Gobierno para conseguir tratos de favor en determinadas situaciones. A pesar del papel otorgado por la Constitución, que lo sitúa al margen del poder ejecutivo, el monarca no tenía ningún problema en utilizar su rango para intentar que determinadas actuaciones del Gobierno lo beneficiaran o, cuando menos, evitar que lo afectaran.

Así lo ha explicado el exministro español de Defensa entre 2004 y 2006, José Bono (PSOE), que en declaraciones al programa Salvados de La Sexta, el domingo por la noche reveló como el monarca no tuvo ningún problema en llamarlo para que no relevara como jefe del Estado Mayor al general Alexandre, y ante la negativa del ministro, llamar directamente al presidente del Gobierno en aquel momento, José Luis Rodríguez Zapatero, para protestar: "El ministro de Defensa no me quiere hacer caso".

El mencionado programa reunió a Bono con el exministro de Asuntos Exteriores entre 2011 y 2016, José Manuel García-Margallo (PP) para abordar la situación en que se encuentra el patriarca de los Borbones y la institución monárquica. Ahora bien, a pesar de revelar como Juan Carlos llamaba al presidente del Gobierno para presionarlo o incluso contactaba con el mismo Bono en su etapa como presidente del Congreso de los Diputados (2008-2011) para agradecerle que la mesa no tramitara preguntas parlamentarias comprometidas, ninguno de los dos exministros parecieron escandalizados por estas evidentes presiones tanto al ejecutivo como al legislativo, hasta el punto que Margallo llegó a considerar que la monarquía parlamentaria "está necesariamente por encima de los tres poderes".

Aunque los dos defendieron la necesidad de investigar posibles corrupciones en el seno de la monarquía, también consideraron que había que ser muy cuidadoso en la manera de hacerlo, considerando que no era trabajo del Congreso. Además, exoneraron totalmente a Felipe VI de los posibles delitos de su padre.

El patriotismo que lo tapa todo

Margallo todavía fue más lejos, y a pesar de defender la necesidad de investigar los indicios delictivos, defendió a Juan Carlos por su encendido patriotismo: "No he conocido a nadie que tenga el amor por España que tiene Juan Carlos de Borbón, su pasión por España es realmente emocionante", y pidió juzgar el reinado de Juan Carlos de manera global, ya que lo ha considerado "clave" para la consolidación de la democracia en España.