Un escenario blanco, aséptico, con un atril transparente. Ni rastro del característico naranja de Ciudadanos, tampoco del nombre de la formación, ni siquiera de sus siglas. En estas condiciones compareció ante los medios el portavoz del grupo de trabajo que coordina la refundación de Ciudadanos, Guillermo Díaz. La puesta en escena del portavoz apunta el camino que puede seguir el partido liderado por Inés Arrimadas, después de sus fracasos electorales, especialmente en Andalucía.

La estética austera que escogió el grupo de trabajo que coordina la refundación del partido no ha sido del agrado de todo el mundo. Según informa El País, miembros de la cúpula del partido critican que la formación ya haya empezado a dar pasos evidentes en su transformación pública, pero que no se haya consultado a la ejecutiva de la formación. En cambio, el portavoz del grupo ha afirmado: "Hemos articulado todas las formas posibles de participación, no hay nadie que quiera participar y no pueda".

Sin embargo, en su rueda de prensa, Díaz ya advirtió que habría que tomar decisiones "difíciles", las cuales incluyen dejar atrás todo lo que ha definido la imagen del partido anteriormente: nombre, colores, siglas. Solo en la comparecencia del portavoz ya se aprecia como la formación reniega de sus señas de identidad, ni siquiera se podía ver la palabra liberal en ningún rincón de la escenografía de Díaz.

El cambio que no está sobre la mesa es la dimisión de Arrimadas. La líder de la formación ha dejado claro que no dejará su cargo antes de la refundación. Posteriormente, no descarta poner su cargo a disposición del partido. "Para mí lo más fácil sería dimitir o haber aceptado alguno de los tentadores cargos del PP", aseguró Arrimadas poco después de las elecciones en Andalucía.

La marca en Catalunya

Mientras la marca Ciudadanos se hunde en todo el Estado, los miembros de la formación en Catalunya afirman que aquí el partido va "como un tiro". Desde la dirección estatal del partido naranja se ha reconocido que la marca de la formación está quemada, una visión que no se comparte en el caso catalán. "Aquí no se cambiará nada, Ciudadanos seguirá siendo Ciudadanos", se afirma desde la formación.

A pesar de la confianza de la formación en Catalunya, los resultados de esta no han sido espacialmente positivos, ya que pasaron de 36 diputados en el Parlament a 6. Para saber si la marca de Ciudadanos está realmente quemada en Catalunya, habrá que esperar a unos próximos comicios para corroborar si les hacen falta cambios de imagen o no. Por ahora, sin embargo, el naranja y la palabra liberal se quedan en Catalunya.