Se fue por la puerta de atrás después de haber perdido decenas de diputados en una repetición electoral, cuando meses antes había rozado la vicepresidencia del Gobierno con Pedro Sánchez al frente. Hundió el partido que fundó en Catalunya. Y ahora, Albert Rivera vuelve a aparecer en la escena de Ciudadanos, un partido sometido a la incertidumbre ante una Asamblea General en enero que podría suponer el relevo de Inés Arrimadas como presidenta de los naranjas. Rivera ha tenido pocas, pero sonadas apariciones desde que abandonó la política después de una derrota histórica y ahora volverá a aparecer con una excompañera suya, Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, en un coloquio. Este podría ser un detalle sin importancia si no fuera porque Villacís, antes buena amiga de Arrimadas, ahora es su rival dentro del partido y son muchos los que apuestan por ella para relevar a la catalana, de quien consideran que su tiempo de gloria ya hace tiempo que se terminó.

Concretamente, el coloquio en cuestión está organizado por el club Siglo XXI, lo mismo en que Isabel Díaz Ayuso ha vuelto a hacer de las suyas, y Rivera aparece como invitado destacado en un acto presentado por Begoña Villacís y en el que la dirección de Ciudadanos, según informa El Confidencial, no han confirmado la asistencia de Inés Arrimadas, por motivos de salud. Al mismo tiempo, aseguran que si que habrá otros miembros de la formación naranja, pero, en realidad, no se ha informado de quién asistirá, mientras que algunos cargos lamentan que no los han invitado o que, incluso, no sabían que Villacís (coordinadora del equipo de refundación de la formación) y Rivera concederían en este acto. Aunque desde el partido intentan transmitir que no hay nada extraño en esta actividad conjunta, la realidad es que el expresidente del partido, que en las últimas ocasiones cuando ha hablado ha estado para criticar a Cs, los deja intranquilos.

La tormenta perfecta para Rivera

Si que lo reconoce una parte del partido, ya que inevitablemente, por mucho que Rivera no haga nada más que decir que ha abandonado la política para dedicarse en la suya (convulsa) vida profesional, lo que diga hoy, marcará el discurso de Arrimadas, y probablemente, la pondrá en un compromiso, añadido a una situación ya por sí misma complicada por la catalana. Además, algunos de sus excompañeros, todavía dolidos por la derrota y por las maneras, saben que esta vuelta no es una casualidad: coincide con la reforma de la sedición, la polémica por la ley del solo sí es sí y al mismo tiempo con un momento muy convulso para Ciudadanos, que desaparece a muchas encuestas aunque Arrimadas se niegue a asumirlo. Es a decir, el momento ideal para él, que sus víctimas preferidas siempre han sido Podemos y los independentistas: antes de abandonar la política y pocos días antes de la celebración de las elecciones del 10-N, Rivera decía que Sánchez se perpetuaría en la Moncloa a base de concesiones al independentismo.