La paella la imaginamos en la temporada de verano y junto al mar. ¿Cómo te quedas si te digo que degusté cuarenta a la sombra de la estatua de Colón? No es que me guste tanto este plato, es que lo hice por una buena causa. Con el chef triestrellado Sergio Torres elegimos las tres finalistas y coincidimos en un 70%, que ya es algo. También estaba el chef Sergi de Meià removiendo la cuchara, fuera de concurso y para animar a los consumidores, que comprando los platos de paella contribuyeron a recaudar 15.000 euros. La ganadora llevaba como título “Paella de otoño”, con todos los clásicos más sabrosos de la estación. Y también fue el leitmotiv de la segunda clasificada, bautizada como “Del bosque a la mesa”, preparada con níscalos, conejo y pollo. Hasta la tercera clasificada no llegamos al mar. Esta la bautizaron como “Arroz de costa” y estaba elaborada con sepia, calamar y pulpo. Por su parte, el Premio del Público se lo llevó la “Paella de temporada”, preparada con setas, escalivada y romesco, y cocinada por dos jóvenes muy preparadas. ¿Y sabes cómo es tener de compañeros de jurado a los actores de La Cubana? Pues es degustar la joie de vivre. Ellos eligieron la paella más ramblera antes de irse al teatro para representar la obra L’amor venia amb taxi. El galardón a la paella más ramblera fue para la “Paella Manel”, aunque también estaba la de la señora Montse, hecha con butifarra, costilla, setas y alcachofas. Todo esto se escenificó en la calle más famosa de Barcelona, la cual, gracias a los Amics de la Rambla, sentí que aún nos pertenece. Los secretos para hacer bien la paella ya los sabes: un arroz redondito, el caldo, los tempos, una buena técnica y sobre todo, mucho amor. Una con higos y jamón, otra con granada para conseguir textura, otra que buscaba ser la mejor-peor paella del mundo, una que quería imitar el mosaico de las Ramblas de Miró, y otras que con la piel de los limones escribían mensajes. ¡Acabé con la barriga llena de granos!

Sí, la paella es un tópico del verano, pero con el calor que está haciendo este octubre… “Mulla’t” es el lema escogido por la Fundació Esclerosi Múltiple para lograr la sensibilización social. A las 12 h en punto, en 600 piscinas, más de 100.000 personas se lanzan al agua simultáneamente el primer domingo de julio. Y apúntatelo en la agenda: la siguiente se celebrará el próximo 5 de julio de 2026. Otra acción para hacer visible lo que a menudo es invisible.

Es cierto que hasta que las cosas no te tocan de cerca, no llegan a captar tu atención

En una semana en la que estoy alcanzando muchos hitos, compartir micrófono con Mari Pau Huguet en la tercera edición del Concurs de Paella es un sueño. Mi abuela Rosita tenía las piernas llagadas y antes de bajar a la tienda siempre veíamos la tele. “Yo seré como Mari Pau”, le decía. “Seguro que tiene un novio que es jefe de TV3”, me decía la abuela. Yo sentía lástima por aquella generación, que pensaran así de esa profesional con tanta (y tan buena) energía. Quería mucho a mi abuela, pero igualmente, aunque fuera niña, veía que yo no quería juzgar así a las demás mujeres. Coco Chanel dijo algo parecido a que “las mujeres no se arreglaban para gustar a los hombres, sino para molestar a las demás mujeres”. En definitiva, todo muy, muy démodé. Mari Pau presentó el acto como siempre: ¡dándolo todo! La última vez que coincidí con ella fue en el programa en directo de la Batalla monumental. Entonces, ambas estábamos subrayando y estudiando como unas empollonas de EGB. Esta vez, me la encontré estudiándose el guion en un bar de la Rambla un buen rato antes de presentar el acto y me puse a hacer mis esquemas a su lado. No es suerte, no es el físico, es trabajo. “Coco Comin, la bailarina, es un mito”, me dice Mari Pau, que también es un genio en danza. “El mito eres tú”, le digo sin filtro y desde el corazón. Qué importante es tener referentes para admirar y querer ser mejor. Me encanta ver a Martina Klein en Col·lapse hablando de Judit Mascó, por poner un ejemplo de mujer a la que admira. Me gusta que se vaya haciendo red con la luz que suma de los demás. Como los voluntarios de la FEM, encabezados por su directora Rosa Masriera o Toni Albadejo.

Cuando abres la web de la fundación, lo primero que sale es una pregunta impactante: “¿Te acaban de diagnosticar esclerosis múltiple?” Y una respuesta: Te podemos ayudar con la enfermedad de las mil caras. Y es que existen tratamientos e investigaciones constantes como subtemas. Y es cierto que hasta que las cosas no te tocan de cerca, no llegan a captar tu atención. Como el cáncer de mama. “Estoy cansada de la campaña del todo rosa”, oigo decir. Pues imagínate las que lo sufren. Como el hambre en Gaza, como la guerra de Ucrania o como con un tema tan sensible como es el del aborto. Como dijo el otro día Andoni Luis Aduriz, chef del biestrellado restaurante Mugaritz al recoger de manos de Ferran Adrià y Cristina Jolonch el Premio Comer de La Vanguardia: “no podemos volver la cara a los problemas que sufre la sociedad”. Puso un ejemplo del pasado. Cuando antes oías llorar a la vecina porque estaba recibiendo una paliza del marido, te decían que hicieras como si no pasara nada, que eran cosas de matrimonios y que las cosas de casa se solucionaban en casa. Esto que nos parece de un pasado remoto, sucedía hace menos de una década.

La única forma de concienciar a la sociedad respecto a la esclerosis es dar a conocer esta enfermedad, que a todos nos suena, pero pocos entendemos. Son 12.000 personas que la padecen en Catalunya. Brindemos a su salud, recordando que el maridaje de las paellas con los ingredientes con setas y las butifarras hacen que se cambien los blancos aromáticos por negros o rosados de medio cuerpo.