Siempre he defendido la idea de que la lengua catalana es el pal de paller ('el palo del pajar') de la independencia de Catalunya y de que España y los partidos nacionalistas “catalanes” lo saben y que por eso no hacen más que atacarla, por delante o por detrás, dependiendo del partido que gobierne, unos prefieren decir las cosas tal como suenan y marcar paquete (PP y Vox) y otros hacerlo todo a escondidas, como quien no quiere la cosa, disfrazándolo de un acto heroico que nunca llega a puerto, un “de cara a la galería” de toda la vida con coitus interruptus, muy típico de partidos como Junts y ERC. Cojo aire porque me he quedado sin. Sigo. Una vez más los "señores" del PP han confirmado mi teoría del pal de paller, han llamado a quien ha sido necesario para que el catalán no sea lengua oficial en Europa, y sin esconderse. Nada que me sorprenda. Los peperos me caen bien porque al menos, en cuanto a Catalunya y al catalán, no disimulan como el PSOE, ERC, Junts, la CUP, En Comú Podem…, y nos dicen claramente que no nos soportan y que harán todo lo posible para que seamos más españoles que una película de Pajares y Esteso. Por lo menos sabemos en qué terreno de juego juegan, son más transparentes; lo encuentro mucho menos perverso que pasarse el día rompiendo corazones que previamente has ilusionado con promesas que sabes que no vas a cumplir para pescar unos cuantos votos y poder seguir ingresando una suma ingente de dinero por no dar ni golpe. Con relación a la corrupción y a dejar morir a gente durante DANA, ya es harina de otro costal, el PP disimula tanto o mejor que los demás partidos, incluso pueden llegar a negar la realidad para salvar su culo (y tomarnos a todos por imbéciles).

Salvador Illa también confirmó mi teoría cuando se le preguntó en qué lengua contestaría a alguien que se le dirigiera en castellano en Catalunya y respondió que lo haría en castellano (y se quedó tan pancho). Curiosamente, Illa no sabe pronunciar la ele catalana (que a diferencia de la ele castellana es velar) y la pronuncia casi como una ucatauà en vez de català—, pero, en cambio, pronuncia bien la castellana. No sé qué opinaría Freud o Lacan de este fenómeno lingüístico y de ir en contra de tus raíces. O ERC y Junts, que dicen que quieren la independencia de Catalunya y salvar el catalán y pactan con quienes dijeron que nunca pactarían, con el PSOE, que apoyó aquel 155 que le costó tan poco apalear a nuestra gente. Parece una lista de desengaños amorosos, pero creo que es mucho peor que eso.

¿Cómo es posible que a ninguno de los políticos del procés —de poca monta— se les haya ocurrido contestar siempre en catalán cuando los entrevistan las televisiones españolas?

Y así podría continuar durante días, semanas, meses y años, poniendo ejemplos de políticos que contribuyen a hacer desaparecer definitivamente el catalán; pero no me gusta ser pesimista ni hacerme mala sangre, prefiero buscar soluciones y dejar el victimismo para los embaucadores del procés , que les rinde mucho más. Ahora mismo, están haciendo más por el catalán los jóvenes influenciadores que hacen contenido en catalán en las redes sociales que los políticos que nos gobiernan. ¿Cómo es posible que a ninguno de los políticos del procés —de poca monta— se les haya ocurrido contestar siempre en catalán cuando los entrevistan las televisiones españolas para demostrar que se creen su discurso independentista? ¿O es que no se lo creen? La gente quiere ver hechos; estamos cansados ​​de palabras. Lo único que podemos hacer para solucionar toda esta desgracia lingüística mientras esperamos a un salvador (que no se apellide Illa) que revierta la situación, es hablar en catalán en todos los contextos —todos, sin excepción, como si fuera la única lengua que sabemos hablar— y que pidamos ser siempre atendidos en catalán en cualquier lugar donde vayamos (aunque no sé si será suficiente para salvar la lengua porque ya llegamos tarde). Y no será una actitud egoísta ni seremos unos maleducados (como quieren hacernos creer los que nos quieren someter a su voluntad), simplemente hablaremos nuestra lengua como lo hace cualquier hablante del mundo con autoestima lingüística y sin un síndrome de Estocolmo. La lengua catalana da miedo, si no, no perderían el tiempo intentando hacerla desaparecer. Por eso tenemos que mover cielo y tierra para conservarla.