La milenaria lengua catalana vale más, mucho más que todos vosotros. Que todos vosotros, impotentes, que todos vosotros, charlatanes, desacreditados, indolentes, aviciados, incapaces, sobre todo eso, incapaces. Os hablo a vosotros, los políticos derrotados que habéis aceptado la derrota como si fueran unas vacaciones pagadas, presidente Aragonès, presidenta Borràs, presidente Puigdemont, presidente ⸺de ERC⸺ Junqueras, presidente Torra, presidente Mas, presidente Pujol, presidenta Forcadell , presidente Benach, presidenta De Gispert, presidente Rigol, presidente Torrent. Cuántas presidencias y qué poco país, ¿verdad? cuántos políticos y cuantiosísima más vergüenza que nos hacéis pasar. Cuánto teatro, en definitiva.

No, no os votaremos nunca más, unos cuantos y yo, al menos nosotros, no. Los jueces del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ⸺tiene gracia el nombre, si es un tribunal parece que no sea necesario decir que es de justicia⸺ han decretado que en quince días deben empezar a castellanizar a los niños de Catalunya, venga, va, al menos en un veinticinco por ciento. Pónganse a trabajar. Si los castellanizan en un cien por cien tampoco se quejarán, porque la Justicia Superior de Catalunya sólo se interesa por la castellanización y nunca mira por el catalán, aunque los catalanes les pagamos el sueldo. Los jueces de este tribunal ni saben catalán ni le tienen respeto. Por supuesto tampoco lo quieren. Porque nos están aplicando la ley del enemigo que no nos valora ni como minoría.

Mientras los políticos independentistas a los que hemos votado, los presidentes a los que pagamos el sueldo o la jubilación, nos han dejado abandonados, en medio de la nada, como quien dice como si fuéramos una mesita de noche coja de una pata, abandonada en un callejón oscuro. En mil años de historia nunca la lengua catalana había estado tan desvalida como hoy. En mil años de historia nunca habíamos tenido a unos políticos tan charlatanes y tan poco efectivos. Realmente, si querían hacer historia lo ha conseguido. Nunca una clase política había sido tan inoperante, tan incapaz. Tan vergonzosa. Puesto que ustedes no enrojecen por la castellanización de nuestros escolares, permítanme que enrojezca en su lugar. Y que pida también perdón a los lectores por haberles defendido a ustedes algún día. En este caso del catalán está demostrando lo que valen, están demostrando el respeto que tienen por nuestra cultura, por nuestra lengua, por nuestro país. Se están retratando.

El Tribunal de Justicia de Catalunya os impone el español y vosotros estábais distraídos, como siempre, peleándoos entre vosotros, trabajando para vosotros, para vuestros privilegios, para vuestras pensiones y no trabajando para el país. Por vuestros actos os conoceremos y ya os hemos conocido perfectamente. Hemos visto perfectamente cómo el diputado Canadell, por ejemplo, que debía imponer un nuevo giro para una mejor moralidad de nuestra política, se dedicaba a la promoción de los Juegos y, en comparación, nada al catalán. Hemos visto cómo el director general de Política Lingüística defendía lo indefendible, y que sólo el conseller de Educación, el asustado González i Cambray, balbuceaba algunas excusas de derrota vergonzosa. Hemos visto cómo el presidente Aragonés le hacía el rendez-vous a Frau Ursula Gertrud von der Leyen pero no encaraba como presidente, como jefe de la nación, la lucha por el catalán. Cuando el catalán es más importante que la Generalitat de Cataluña entera, cuando el catalán es lo único sagrado en una sociedad afortunadamente descreída como la nuestra.

Ahora ya no hace falta que nuestro Muy Honorable presidente de la sangre de horchata salga a defender una lengua en la que no cree. Ni hace falta que vuelvan a pasar el muerto de la destrucción de la escuela catalana a los diputados más desconocidos porque los mandamases de ERC y de Junts no tienen valor de dar la cara. Por favor, dejad de pasar la responsabilidad de la lengua catalana a los centros educativos, a los claustros de profesores. Y dejad de decir que esto debe consensuarse entre toda la sociedad civil, incluidos los sindicatos. Los sindicatos no tienen ni la más remota idea de sociolingüística ni saben qué hacer para preservar el catalán. Quizás estaría bien que se pregunte a las universidades. Cuando os oigo decir que encontraremos una solución entre todos es que queréis que matemos el catalán entre todos y eso, al menos unos pocos, no estamos de acuerdo. De la misma manera que para protegernos de la covid nos pusimos a las órdenes de científicos como el doctor Josep Maria Argimon, para preservar el catalán quizás sólo tengan derecho a hablar quienes sepan algo del tema. Esto no es populismo.

Dejad de utilizar palabras como “blindar” y “exigir”. Son patéticas. Dejad de hacer ver que no os habéis dado cuenta. Vuestra sumisión, Vuestra colaboración activa en contra del catalán nos enemista para siempre, políticos y electores. En casos como este parece que la Generalitat de Catalunya esté gobernada por Ciudadanos.