Empiezas encarcelando a un gobierno entero, empiezas suspendiendo una autonomía en nombre de la Constitución, una ley que precisamente prohíbe suspender autonomías, y acabas prohibiendo el color amarillo. En este caso, ha sido la Junta Electoral la que ha prohibido iluminar con este color el agua de las fuentes y los edificios de BCN.

Y si se decidiera que los lazos de la solidaridad fueran de color kiwi, también prohibirían este color en fuentes y edificios. Y también la producción y venta de kiwis, en general. Y si se decidiera que, para simbolizar la libertad, se usara una imagen de agua brotando, prohibirían el agua de las fuentes. Y el agua, en general. Y si se decidiera usar la imagen de una fuente como simbolismo representativo de alguna cosa, prohibirían las fuentes. Con lo cual podría acabar sucediendo que se decidiera usar la imagen de la Junta Electoral de manera alegórica y la Junta Electoral prohibiera la propia Junta Electoral.

Y, por el mismo motivo, se podría prohibir La Marató de TV3, que este año está dedicada a las enfermedades infecciosas. O el Gran Recapte. ¿Por qué? No sé... ¿por ejemplo porque la solidaridad que promueven sólo beneficia a una parte de la sociedad y no a toda? Si yo tengo una enfermedad que no es infecciosa, La Marató me discrimina. Si mi problema de exclusión social no es estrictamente alimenticio porque resulta que tengo un huerto sino que donde no llego es a no poder pagar el recibo de la luz y del gas, el Gran Recapte de comida me discrimina. Y, por lo tanto, con la excusa de la solidaridad están promoviendo realmente la insolidaridad contra una parte de la sociedad.

Y, todavía más. ¿Si hemos quedado en que TV3 adoctrina i que es una TV sectaria que tira el dinero produciendo mentiras, ¿cómo me puedo fiar de la limpieza de las iniciativas consolidarías que organiza? ¿No se tendrían que prohibir, por si acaso? ¿Y si TV3, una TV sectaria, hace publicidad del Gran Recapte, no lo está contaminando y lo convierte también en sectario?

Y, ya puestos, por qué prohíben el amarillo de los edificios y no prohíben los Papás Noel atados a las barandas de los balcones. Los normales y los que incluyen unas lucecitas que quieren asemejar una escalera. No son amarillos, pero a mí me ofenden. Y yo también tengo derecho a no ser ofendido, ¿no?

En todo caso, la Junta Electoral ha puesto el amarillo de moda y ha conseguido a partir de ahora mucha gente vaya con una pieza amarilla en su vestimenta. Y que, en cambio, nadie vista con un Papá Noel de los que hacen ver que suben por las fachadas. Hasta que también los acaben prohibiendo y los pongan de moda, una cosa que espero que no suceda porque no la podría soportar.