"Hay que cumplir la ley, hay que cumplir la ley", se oye sin parar por montañas, valles y rincones diversos. Y lo repiten tanto y tanto que a veces parece una indigestión aguda de fabada elaborada con ajo, cebolla, pepino, coles de Bruselas y pimiento. Vaya, la madre de todas las repeticiones. Y quien lo dice son los que se han puesto la medalla de ser los garantes de la ley. La ley son ellos. ¿Por qué? Bien, porque lo dicen ellos. Ahora bien, ¿ellos cumplen la ley? Es lo primero que me ha venido en la cabeza cuando esta mañana he sabido que el President Puigdemont realizará un acto público en Perpinyà el 29 de febrero.

Puigdemont el prófugo, el que huyó de la justicia verdadera, divina y realmente justa, aquel a quien había que humillar haciendo correr que se escapó como un cobarde en el maletero de un coche, aquel, resulta que es diputado del Parlamento Europeo. I Toni Comín también. Y pronto lo será Clara Ponsatí, a quien la ley verdadera le dice que vaya a Madrid a jurar no-se-qué. ¿Pero oigan, señores de la justicia divina, qué es no lo han entendido de las decisiones de la justicia europea? No hay que jurar nada. Los eurodiputados lo son desde una décima de segundo después de ser elegidos. Para tener su acta ni juran, ni hacen la vertical puente, ni tienen que ayudar a las abuelas a cruzar pasos de peatones.

Pues bien, como diputado europeo que es, la ley dice que Carles Puigdemont puede circular libremente por toda Europa. Y según el diccionario, la definición de la palabra "todo" es: "De manera entera o completa. Conjunto completo, sin excepción de ninguna cosa o de ninguna persona". Pero resulta que la justicia divina, la que aplican estos que van todo el día diciendo que tenemos que cumplir la ley, dice que no puede cruzar la frontera española. ¿Ah, España no es Europa? Pues no. El presidente puede ir a Perpinyà, pero no a Amer, a Badalona, a Cubelles, a Poblenou del Delta o a Astorga, aunque la ley dice que sí que podría hacerlo. ¿Cumplir la ley? ¿Quién?

La ley. A los presos políticos les aplicaron la ley que dice que cometieron sedición, cuando es evidente que ellos no cometieron ese delito y que los grandes defensores de la ley divina prostituyeron el espíritu del legislador para poder ejecutar su venganza. Y cuando ahora, fruto de los nuevos tiempos, el legislativo quiere enviar la sedición a la tintorería, desde la justicia divina presionan para que eso no suceda. O sea, quién tiene que limitarse a aplicar la ley y uno de sus preceptos básicos que es la separación de poderes, ahora quiere hacer la ley. Hooombre, señores (y señoras) que eso es una vulneración de la ley de categoría 10 en la escala que acaba en el 9. ¿Cumplir la ley? ¿Quién?

La ley. Un diputado en el Parlamento Europeo (Oriol Junqueras), 4 diputados del Parlamento Español (el propio Junqueras y Josep Rull, Jordi Turull y Jordi Sànchez), un senador (Raül Romeva), un concejal en el ayuntamiento de BCN (Quim Forn) pudieron tomar posesión de sus actas, pero se les impidió ejercer el cargo por el cual fueron elegidos. Y varios diputados del Parlament de Catalunya ni tomaron posesión. Y a a Jordi Turull lo detuvieron en medio del pleno de su investidura. ¿Cumplir la ley? ¿Quién?

La ley. Caso La Manada o Caso Blanquerna. Los condenados no entraron en prisión porque la ley dijo que había recursos por resolver. Y, claro, imagine que en uno de estos recursos les dan la razón y resulta que han estado un tiempo en prisión siendo inocentes. Ah, muy bien, sí. Perfecto. Es la ley. Caso Quim Torra y la famosa pancarta: hay un recurso en marcha pero la Junta Electoral Central (que no es ley ni es justicia) exige aplicar ya la inhabilitación del presidente como diputado y que sea apartado del cargo. ¿Pero eso es así porque la JEC ya sabe cómo se resolverá el recurso y será declarado culpable? ¿Y el Tribunal Supremo, que le da la razón en la JEC también lo sabe? ¿Es que si no se esperarian a saber el resultado de los recursos, no? Porque, imagine que, siguiendo el mismo criterio que los señores Blanquerna y La Manada, al President Quim Torra lo declaran inocente después de haberlo expulsado de su escaño y de la presidencia. ¿Cumplir la ley? ¿Quién?

La ley. Caso Tamara Carrasco. Fiscalia le pide ahora una pena de siete meses y una inhabilitación especial por "incitación a los desórdenes públicos". Ella, que fue detenida en su casa por agentes armados, acusada de terrorismo y mostrada esposada en todos los informativos españoles. A ella, que estuvo más de un año sin poder salir del término municipal de Viladecans, donde vive, ahora le piden una pena que es la mitad de aquel tiempo. A ella, que más de un año después de no poder salir de su pueblo, le levantaron el castigo por "falta de justificación en el mantenimiento de la medida cautelar". ¿Cumplir la ley? ¿Qué ley?

¿O quiere que hablemos de la ley aplicada a los CDR detenidos acusados de terrorismo, que tenían planes y planos para atentar contra un cuartel, para asaltar el Parlament con la colaboración del President Torra, que tenían goma 2 y precursores, que habían hecho pruebas con explosivos y que quedaron en libertad tres meses después?

¿Cumplir la ley? ¿Quién? ¿Unos más que los otros? ¿Cuál es el criterio? ¿La justicia divina nunca y quien la justicia divina decide, siempre? O como dijo aquel: "Que la cumplan ellos".