Este es el nombre en lengua lakhota de un gran jefe de la tribu siux, traducido al inglés como Sitting Bull (Toro Sentado). Quizás no sabíais que este no era su nombre, sino que su padre se lo cambió cuando tenía 14 años, después de conseguir ganar a un rival en una lucha cuerpo a cuerpo. Nació en Dakota del Norte en 1831, miembro del pueblo lakhota, pero su vida no fue fácil, pasó de vivir en las grandes praderas americanas de lo que ahora es Dakota del Norte, cazando búfalos y manteniendo los límites del territorio con otras tribus nativas noramerindias, a luchar contra los colonos y militares "blancos" que querían tomar las tierras ancestrales de los indios y agotaban los rebaños de búfalos para dar de comer a los trabajadores que construían las vías de ferrocarril que cruzaba el Medio Oeste americano. Fue escogido como gran jefe de todos los pueblos siux, y según lo describen, era un líder inteligente y compasivo, un gran estratega, que podía luchar, pero también pactar cuando era necesario, porque quería la supervivencia de su pueblo. En 1868 firmó con el gobierno de los Estados Unidos renunciar a parte de sus tierras, a fin de que su pueblo pudiera quedarse en una reserva que era territorio sagrado de los siux, Black Hills. Pero todo se fue al garete cuando encontraron oro en estas tierras, pocos años después. La fiebre del oro empujó a miles de aventureros, que no respetaron el tratado de paz y ocuparon las tierras reservadas para los siux. A partir de este momento, todo fue a peor. El gobierno de los Estados Unidos no cumplió su palabra y los obligaron a renunciar y trasladarse, pero aunque muchos jefes de tribu aceptaron aquellas nuevas condiciones, Toro Sentado no lo aceptó porque implicaba una migración de más de 300 km para su gente, y luchó por sus derechos. Aquí empezó la leyenda negra de Toro Sentado; como buen estratega, ganó batallas contra los militares blancos, siendo la batalla más conocida la que libró contra el general Custer en Little Bighorn, la cual acabó con la derrota total del regimiento de caballería.

Se convirtió en el enemigo a batir, pero, sobre todo, a aniquilar y humillar. Perdió la reserva que le había sido prometida y tuvo que migrar al Canadá. Pero su pueblo pasaba hambre, pocos búfalos, en tierras que no eran las suyas, y volvió a Dakota para rendirse e intentar encontrar una vida mejor en el poco territorio que les dejaron. Toro Sentado era amigo del famoso Buffalo Bill, y participó durante un tiempo en su espectáculo que iba recorriendo los Estados Unidos y que, incluso, llegó a Europa (en Barcelona hizo algunas funciones), pero acabó muriendo en 1890, a manos de militares estadounidenses que lo querían detener por una revuelta india de la cual pensaban que había sido el promotor. Una vez muerto, sin permiso y sin pudor, el médico militar del fuerte de los militares que le quitaron la vida se quedó con sus pantalones y con el mechón de pelo en el que llevaba la pluma, símbolo del honor. En 1896, dio ambos galardones al Instituto Smithsonian, que los restituyó a sus descendientes en 2007. Existen dos tumbas donde, en teoría, descansan los restos de Tatanka Iyotake, una en Fort Yates y otra en Mobridge (Dakota del Sur), donde supuestamente miembros de la tribu siux se llevaron los restos del gran líder para enterrarlos de nuevo. Hay discusión todavía sobre dónde se encuentran realmente sus restos.

El DNA es un legado, un bien común compartido por toda la familia. No somos fruto de la nada, somos un mosaico de fragmentos de DNA de nuestros ancestros

Y aquí empieza la historia que os quería explicar hoy. A pesar de casarse con cinco mujeres y tener doce hijos, no quedó ningún hijo varón vivo (entre los que murieron en las batallas y los que mataron los militares cuando lo querían detener). Por lo tanto, sólo tiene descendientes vía las hijas que sobrevivieron a todas estas circunstancias. Actualmente, un descendiente hombre, Ernie Lapointe, aduce que es el bisnieto y reclama los restos de su abuelo para enterrarlos en una nueva localización. Los certificados de bodas, nacimientos y defunciones demuestran que Ernie Lapointe es el bisnieto legal, ¿pero lo es de verdad? ¿Se puede demostrar genéticamente?

Aquí entramos en una situación compleja de derechos legales, biológicos y tribales. Las tribus nativas amerindias han sido claramente maltratadas y desposeídas de su legado territorial y cultural. Justamente podéis encontrar un artículo en Science esta semana que refleja el abuso que el gobierno norteamericano y la colonización desde Europa ejercieron sobre estas poblaciones. Actualmente, las reservas equivalen a un 2,6% del territorio que tenían inicialmente, y se las obligó a migrar a nuevos territorios (media de 239 km de distancia de sus orígenes ancestrales, con un máximo de 2.774 km) y a convivir con otras tribus, de costumbres y culturas muy diferentes de las suyas. Esta situación de vulnerabilidad social y cultural del último siglo los ha hecho muy reticentes a acciones que impliquen analizar variantes genéticas de su población, que puedan ser utilizadas en contra de sus ideas o de sus reclamaciones. Por lo tanto, la reclamación de análisis de parentesco genético del descendiente directo de Toro Sentado podía entrar en conflicto con el concepto de que la genética de cualquier individuo de una tribu pertenece a toda la tribu. De hecho, como he dicho muchas veces, el DNA es un legado, un bien común compartido por toda la familia. Nuestro DNA no es nuestro, 50% lo hemos heredado de nuestro padre y 50% de nuestra madre, por término medio, un 25% con cada abuelo y un 12,5% con cada bisabuelo, y transmitiremos el 50% de nuestro DNA a nuestros hijos. Por lo tanto, compartimos nuestro DNA con nuestros parientes biológicos. No somos fruto de la nada, somos un mosaico de fragmentos de DNA de nuestros ancestros.

Sin embargo, pensándolo de forma respetuosa y cuidadosa, un descendiente directo parece tener más derecho a conocer su genética y compararla con la de su pariente directo que el resto de la tribu, siempre que se respete que sólo se analizará el parentesco genético y no se usará la información genética para otros objetivos, como se han comprometido los investigadores en este caso. Así que en un artículo justo acabado de publicar, se analiza genéticamente parte del mechón de pelo que fue arrancado del cadáver de Toro Sentado (al menos, así consta en los archivos del Smithsonian) y lo han comparado con el de su putativo bisnieto. No ha sido nada fácil, porque el poco DNA que se puede extraer de las raíces del pelo, después de 120 años en un museo, se ha degradado mucho. Más todavía si consideramos que había sido tratado con arsénico para evitar la descomposición por hongos y bacterias. Por otra parte, no podían analizar ni el DNA mitocondrial (heredado y transmitido por vía matrilineal estricta) ni tampoco el DNA del cromosoma Y (heredado y transmitido por vía patrilineal estricta), y aquí tenemos un hombre, descendiente de mujeres hijas de un hombre, por lo tanto, ni herencia matrilineal ni patrilineal. Tampoco pueden usar marcadores genéticos como los que se utilizan en la policía criminalística, que son informativos para parentescos genéticos más próximos. Así que los investigadores utilizan técnicas de secuenciación masiva para intentar identificar todo el DNA de los cromosomas que puedan. Obtienen muy poco DNA que pueda ser secuenciado, pero al menos identifican poco más de 2.000 posiciones nucleotídicas, que son variables en la población, y que pueden ser comparadas con la muestra del supuesto bisnieto, más 12 otras personas de la tribu siux lakhota. Los resultados demuestran claramente que la muestra de DNA es de un indio nativo americano (comparándolo con DNA de muchos individuos de todo el mundo). Usando una estrategia innovadora de análisis que les permite comparar qué porcentaje de DNA comparten entre todos los individuos analizados, demuestran que el DNA de Ernie Lapointe comparte una media del 11,43% de variantes genéticas con Toro Sentado, muy similar al 12,5% calculado (cálculo teórico del DNA que comparten bisnietos con bisabuelos), y lejos del 0,5% de variantes que se calcula que compartimos entre humanos que no tenemos relación genética próxima. Por lo tanto, Ernie Lapointe es bisnieto de Tatanka Iyotake (Toro Sentado). Ahora faltará ver si se pueden exhumar los restos de los dos lugares donde se dice que está enterrado este venerado líder siux, comprobar cuáles son los restos de su bisabuelo y, quizás, pactar con su tribu dónde tienen que descansar según sus ritos ancestrales.