El Mundial de Rusia ha acabado con una de las imágenes del torneo. La lluvia que ha caído sobre Moscú ha condicionado la entrega de premios después de la final entre Francia y Croacia. Los dos equipos han ido desfilando ante las autoridades mientras el agua se convertía una molestia para todos menos para Vladímir Putin.

El presidente de Rusia ha sido el único que ha tenido paraguas de la organización o de su servicio de seguridad. Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, y Kolinda Grabar-Kitarović, presidenta de Croacia, no han tenido la misma suerte. La situación no ha pasado desapercibida en las redes sociales.

Con el paso del tiempo, la organización ha visto que estaba proyectando una imagen lamentable en uno de los acontecimientos con más audiencia en el mundo y ha decidido solucionarlo con más paraguas.