Toyota ultima el desarrollo de una versión completamente eléctrica del Land Cruiser, uno de sus modelos más emblemáticos y longevos. El nuevo todoterreno, previsto para 2027, marcará un punto de inflexión en la historia de esta denominación al incorporar una arquitectura completamente distinta, diseñada desde cero para adaptarse a las exigencias de la electrificación. Lejos de ser una simple adaptación de un modelo existente, se trata de un proyecto independiente que mantendrá intacta la esencia funcional del Land Cruiser.
El futuro Land Cruiser eléctrico se basará en las líneas del prototipo Land Cruiser Se y utilizará una plataforma específica para vehículos eléctricos. Esta estructura permitirá integrar de forma óptima todos los componentes de la cadena cinemática eléctrica, con una distribución de pesos más equilibrada y un centro de gravedad más bajo que el de los modelos térmicos. Aunque no sustituirá a las versiones actuales con motor de combustión, se posicionará como una alternativa tecnológica con la misma orientación off-road.
En cuanto a la configuración mecánica, se espera que el modelo cuente con un motor eléctrico en cada eje, proporcionando tracción total permanente. La potencia conjunta podría superar los 450 CV, acompañada de una batería de gran capacidad que permitiría una autonomía superior a los 500 kilómetros. Estas cifras situarían al modelo en una posición competitiva frente a rivales como el Mercedes G580 EQ o el futuro Jeep Recon, ambos también diseñados con capacidades todoterreno reales.
Prestaciones eléctricas sin renunciar al espíritu 4x4
Uno de los grandes desafíos de electrificar un modelo como el Land Cruiser radica en mantener sus capacidades fuera del asfalto. En este sentido, Toyota ha desarrollado un sistema de control de tracción avanzado, con modos específicos de conducción mediante el sistema Multi-Terrain y la inclusión de Crawl Control, una función pensada para mantener velocidad constante en terrenos complicados. A ello se suman bloqueos de diferencial en ambos ejes, lo que garantiza una motricidad eficaz incluso en superficies de baja adherencia.
El planteamiento técnico busca asegurar que el paso a la electrificación no suponga una pérdida en términos de robustez o rendimiento en condiciones exigentes. De hecho, Toyota ha insistido en conservar el ADN del Land Cruiser incluso en esta nueva configuración. Esto incluye una carrocería rígida, suspensiones adaptadas al uso intensivo y una gestión electrónica pensada para intervenir solo cuando sea necesario, manteniendo un cierto grado de control mecánico que los usuarios más exigentes valoran.
Lo que llama especialmente la atención es que, a pesar del giro tecnológico, el enfoque sigue siendo utilitario y funcional. No se trata de un SUV eléctrico con estética todoterreno, sino de un vehículo preparado para enfrentarse a situaciones reales de campo, pistas rotas y conducción extrema. El equilibrio entre innovación y tradición será clave para determinar el éxito de este nuevo Land Cruiser, que aspira a redefinir qué significa ser un 4x4 en la era de la movilidad eléctrica.