El Opel Corsa siempre fue un coche cercano. Compacto, urbano, casi cotidiano. Pero Opel decidió darle la vuelta al mito. Lo ha transformado en un prototipo que poco tiene que ver con el modelo de calle. Se llama Corsa GSE Vision Gran Turismo y, aunque suene increíble, es capaz de alcanzar los 100 km/h en solo dos segundos.

La inspiración viene de lejos. En 1965, la marca sorprendió con el Experimental GT, un coche que mezclaba diseño y deportividad en plena era analógica. Ahora el reto es distinto: conectar con una generación que pasa horas frente a una consola. Por eso este Opel Corsa debutará en el Salón de Múnich, pero también se podrá conducir en Gran Turismo 7 para PlayStation.

Opel Corsa GSE Vision Gran Turismo 1
Opel Corsa GSE Vision Gran Turismo

800 CV de potencia y el 0 a 100 en solo 2 segundos

Los números son los de un superdeportivo. 800 caballos, 800 Nm de par, una velocidad máxima de 320 km/h y hasta un sistema de boost que libera 80 CV adicionales durante cuatro segundos. Detrás de esa potencia hay dos motores eléctricos, uno en cada eje, y una tracción total permanente que garantiza control incluso en condiciones extremas.

La aerodinámica es otro capítulo. No se trata solo de estilo. El capó canaliza el aire, las aletas activas modifican la carga y el alerón trasero se adapta según la velocidad. Incluso las llantas, 21 pulgadas delante y 22 detrás, están diseñadas con precisión milimétrica. Todo rematado por neumáticos Goodyear y amortiguadores Bilstein.

Por dentro el enfoque es aún más radical. Un único asiento, ultraligero y con arneses de seis puntos. El volante recortado deja paso a un head-up display que proyecta la información en el campo visual. Los paneles interiores se iluminan y alertan de coches en el ángulo muerto. Nada sobra. Todo está al servicio del piloto en este Opel Corsa.

Opel Corsa GSE Vision Gran Turismo
Opel Corsa GSE Vision Gran Turismo

El Corsa más deportivo que ha creado Opel

El futuro de este prototipo es incierto. Opel ya tiene en catálogo al Mokka GSE, y otros fabricantes como Peugeot o Renault están preparando propuestas eléctricas deportivas. Pero un coche así, pensado para un público reducido, no siempre encaja en los planes de producción en serie. El Corsa radical podría quedarse en un sueño digital.

Y quizá esa sea la intención. Este Corsa no quiere ser práctico ni familiar. Es un laboratorio rodante, una declaración de intenciones. Sirve para mostrar que la movilidad eléctrica también puede emocionar, sonar a reto y sentirse como un juego. Que un utilitario clásico se convierta en un bólido de videojuego es, al final, la mejor manera de recordarnos que los coches aún pueden sorprender.