La central nuclear ucraniana de Zaporíjia ya es desgraciadamente conocido por su peligrosidad, debut a la invasión rusa. Los territorios que rodean la planta están bajo control ruso y la mala gestión y los combates a su alrededor han hecho de esta infraestructura nuclear una potencial amenaza. El último incidente dejó en mínimo de potencia la central después de que un bombardeo en la zona cortara la conexión eléctrica. Ante el peligro que supone hacer funcionar una central nuclear sin la potencia adecuada, Energoatom, compañía estatal nuclear ucraniano, ha decidido desconectar los seis reactores de la red para enfriarlos y pasarlos a "una parada en frío". Este concepto significa que en los reactores se reduce la presión y la temperatura del refrigerante hasta valores próximos a las condiciones ambientales. Es decir, la temida y necesitada central de Zaporíjia se ha detenido.

La central mayor de Europa, que abastecía miles de hogares, ha acabado apagándose por ahora, ya que dentro del desastre era la opción más segura. Olga Kosharna, una experta ucraniana en energía nuclear, ha declarado a Efe que ha sido el personal el que detuvo el reactor después de que se restablezca el suministro de energía eléctrica en la planta. "El riesgo de perder el generador era muy real. Evitarlo da fe del alta habilidad del personal", ha asegurado.

Según Volodímir Kudrytskyi, director ejecutivo del operador de líneas de alta tensión ucraniano, "Rusia está dañando sistemática y deliberadamente" la red de transmisión de electricidad en torno a la planta. En las últimas tres semanas, los reparadores restauraron dos veces todas las líneas principales encima de voltaje, conectando la planta a la red eléctrica de Ucrania. Rusia, por su parte, se lava las manos.

Desmilitarización de la zona

Con el fin de reducir los riesgos de un accidente nuclear, tanto el gobierno ucraniano como la ONU han pedido la desmilitarización de la zona. Este mismo domingo, la compañía de Ucrania de energía nuclear ha insistido en que hace falta detener el bombardeo ruso contra las conexiones de alta tensión con la red eléctrica y crear una zona desmilitarizada en torno a la planta. Eso permitiría la reparación de las líneas de transmisión dʻalta tensión para garantizar el reinicio y una operación más segura de la planta.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica de la ONU (OIEA) ya advirtió hace más de una semana que la situación en la planta era "insostenible" y señalaba la invasión rusa como principal culpable. A pesar de tono, el presidente ruso, Vladímir Putin, esquivó las acusaciones y tiró pelotas serías. "He visto en el informe que dice que el OIEA considera necesario retirar equipos militares del recinto de la planta. Pero en el territorio de la planta no hay equipos militares", afirmó para después añadir: "Controlamos la planta. Allí están desplegados nuestros militares. ¿Qué pasa? Nos estamos disparando a nosotros mismos?".