En medio de la ofensiva militar en Gaza y ante una crisis humanitaria, Benjamin Netanyahu ha vuelto a ser en el centro de la polémica en los últimos días por unas declaraciones en las cuales se identificó abiertamente con la visión histórica y espiritual del Gran Israel que tienen los israelíes ultranacionalistas, que sueñan con un estado que tenga las fronteras bíblicas de la época del rey Salomón, que incluirían Cisjordania, pero también parte de los territorios situados en Jordania, el Líbano, Iraq, Siria e incluso Egipto. Este día, Dios hizo un compromiso con Abram, y le dijo: 'Yo les daré a tus descendientes la tierra que va desde el río de Egipto hasta el río Éufrates'". Son las palabras del Génesis, el primero de los libros sagrados de la Torá, una misión mesiánica que se ha traducido en un mapa que lucen cosidos a sus uniformes a algunos soldados israelíes, junto con el mensaje La Tierra Prometida de Israel, y que también han lucido en sus discursos públicos los miembros del gobierno más extremistas, como el ministro de finanzas Bezalel Smotrich. Un sueño para muchos israelíes que ahora también se ha descubierto que comparte el mismo Netanyahu. La visión de un Gran Israel es una quimera lejana, pero que muchos ven como una amenaza latente para la estabilidad de la región, sobre todo los países árabes, afectados por esta visión expansionista de las fronteras del actual estado de Israel.

La chispa de la polémica la encendió Netanyahu cuando, en una entrevista que concedió el martes en la cadena I24 News, un periodista le preguntó si daba apoyo a la "visión" de un Gran Israel, Eretz Israel HaShlema en hebreo, un concepto que se refiere en el territorio que, según algunos grupos irredentistas israelíes, tendría que abarcar el moderno Estado de Israel. El primer ministro admitió que se siente "muy identificado" con la visión del Gran Israel y de la Tierra Prometida, y que se encuentra en una "misión histórica y espiritual". El concepto de Gran Israel al cual se refería incluye los territorios palestinos ocupados y partes de la actual Jordania y Egipto, entre otros. Netanyahu dijo que esta misión histórica y espiritual es la base de sus decisiones políticas, incluso en medio de la ofensiva militar en Gaza. Es una visión nacionalista y religiosa que aspira a que el Estado de Israel abarque no solo los territorios actuales, sino también toda Cisjordania (Judea y Samaria bíblicas), así como partes de territorios vecinos como Siria, Líbano, Jordania, Irak e incluso Egipto. Se fundamenta en la idea que las promesas divinas hechas a Abraham en el Génesis otorgan a Israel un derecho histórico y religioso a esa extensión territorial desde el río de Egipto hasta el río Éufrates.

La inducción del entrevistador

Hay que decir, sin embargo, que estas declaraciones no surgieron de manera premeditada, y más bien, parece que Netanyahu se vio subyugado por el entrevistador, Sharon Galo, que según explica The Times of Israel, durante un tiempo fue miembro de la derecha en la Knesset (el parlamento hebreo), y llevó Netanyahu al terreno que quería. Al final de la entrevista, Galo le regaló en Netanyahu el amuleto de un mapa de la Tierra Prometida. "Esta es mi visión", le comenta el periodista, que le dice a primer ministro que le gustaría que le diera el amuleto a su mujer a Sara. ¿"Te conectas con la visión"?, le pregunta el entrevistador. "Mucho", responde el primer ministro. ¿"De verdad?, sigue Galo. "Mucho", repite Netanyahu. "Es el Gran Israel", subraya Galo. "Si me preguntas, aquí somos", responde Netanyahu, hace una pausa y continúa: "Sabes que a menudo menciono a mi padre. La generación de mis padres tuvo que fundar el Estado. Y nuestra generación, mi generación, tiene que garantizar su continuidad. Y lo considero una gran misión". Este diálogo de la entrevista no aparece en el canal de YouTube de la cadena subtitulado en inglés.

El entrevistador Sharon Gal le entregó a Netanyahu de un amuleto del mapa de la Tierra Prometida, la visión del Gran Israel

Una amenaza a su soberanía

Los países árabes han condenado las palabras de Netanyahu, que consideran una "amenaza" a su soberanía. Egipto, que su Sinaí fue ocupado por Israel después de la guerra de 1967, salió a "condenar lo que se ha reprimido en algunos medios israelíes sobre lo que se llama 'el Gran Israel' y pidió al gobierno de Netanyahu que diera "aclaraciones al respecto, dado que lo que refleja en términos de provocación a la inestabilidad, rechazo de la opción de paz en la región e insistencia en la escalada," escribió el ministerio de Relaciones Exteriores. Jordania también ha criticado lo que considera "una peligrosa escalada provocadora y una amenaza a la soberanía de los países" de la región, mientras que el ministerio de Exteriores iraquí también condenó "las declaraciones provenientes de la entidad de ocupación sobre lo que se denomina 'la visión del Gran Israel', que revelan claramente las ambiciones expansionistas de esta entidad. Arabia Saudí también publicó un comunicado en la red X mostrando su "absoluto rechazo a las ideas y proyectos de colonización y expansión adoptados por las autoridades deocupación israelíes", reiterando "el derecho histórico y legal del pueblo palestino a establecer su estado independiente".