Domingo de elecciones en Europa. Aparte de los comicios de Rumania y Portugal, Polonia ha cerrado sus urnas después de 14 horas de votación en los comicios presidenciales. La participación en el país centroeuropeo ha superado el 50%, con más de 32.000 colegios electorales abiertos a los ciudadanos. Son 13 los candidatos que se disputan la jefatura del Estado para suceder a Andrzej Duda y, según los sondeos a pie de urna, ninguno habría alcanzado los apoyos necesarios para evitar una segunda vuelta. La encuesta de IPSOS concede una ventaja mínima a Rafal Trzaskowski, con el 30,8% de los votos, ante el 29,1% que ha obtenido Karol Nawrocki. A la espera de que los resultados oficiales se den a conocer entre el lunes y martes, hará falta una nueva jornada electoral el próximo 1 de junio para elegir al presidente de Polonia.
En comparación con las elecciones del 2020, cuando la participación se quedó en el 47,89%, más de la mitad de la población ha expresado su voto hoy. Unos 29 millones de polacos estaban llamados en las urnas. Los comicios se han convertido en un duelo entre Trzaskowski y Nawrocki. Este último es un candidato de perfil nacionalista, licenciado en historia, y disfruta del apoyo del partido ultraconservador Ley y Justicia. Por su parte, el liberal Trzaskowski ha sido impulsado por la Coalición Cívica encabezada por el primer ministro Donald Tusk.
Más allá de los favoritos, el tercer candidato, el ultranacionalista Sławomir Mentzen, ha obtenido solo un 15,4% y el cuarto, el radical antisistema Grzegorz Braun, un 6,2%, según el sondeo. La derrota más significativa puede ser, si se confirman estos datos, la de Szymon Hołownia, con solo el 4,8% de los votos, ya que se trata del líder de uno de los principales partidos de la alianza que gobierna con Tusk. De hecho, Hołownia ya ha anunciado que votará por Trzaskowski en la segunda vuelta para que pare "la marcha de estafadores, ladrones, odiadores, antisemitas que odian a otras personas, que quieren una guerra civil a gran escala en Polonia."
Derecho de veto
El presidente en Polonia tiene poderes limitados en comparación con otros países, pero tiene el derecho de veto sobre las iniciativas legislativas, aunque hayan sido aprobadas por el parlamento (Sejm), una prerrogativa que Duda, que acaba los dos mandatos consecutivos que permite la Constitución, ha utilizado con frecuencia. La coalición de Tusk, que llegó al poder en 2023, no cuenta con una mayoría parlamentaria suficiente de tres quintos para anular el veto presidencial.
El resultado final de las elecciones será crucial, ya que Trzaskowski podría acelerar la agenda progresista y proeuropea del gobierno, incluyendo las reformas judiciales, los derechos de la comunidad LGBTQ+ y el acceso al aborto. Si es Nawrocki quien se impone, el nacionalista podría prolongar la difícil cohabitación que ha tenido lugar entre Tusk y Duda durante el último año.