El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no se reunirá con el presidente ruso, Vladímir Putin, en Budapest, como anunció hace siete días que tenía previsto. Fuentes de la Casa Blanca han filtrado que este encuentro ya no se contempla, aunque en los últimos días había alimentado esperanzas sobre una posible negociación para poner fin a la guerra de Ucrania. La semana pasada Trump recibió en Washington al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que reclamó el acceso a misiles Tomahawk para luchar contra Rusia, pero el presidente estadounidense rehusó facilitarlo. “No hay planes para que el presidente Trump se reúne con el presidente Putin en el futuro inmediato” ha dicho la fuente gubernamental bajo la condición de anonimato.

El motivo es que la llamada que mantuvieron ayer el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha sido “productiva” y, por tanto, tal y como asegura el funcionario anónimo de la Administración norteamericana, “ya no hace falta una reunión presencial adicional entre ellos, y no hay planes para que el presidente Trump se reuna con el presidente Putin en el futuro inmediato”, ha dicho según The Washington Post. En consecuencia, esta reunión entre Trump y Putin con la mediación de Viktor Orbán y que pretendía sellar la paz en Ucrania más de tres años después de la invasión rusa, no se llevará a cabo.

La cumbre donde se iban a sentar las bases para una paz duradera

Los jefes de la diplomacia de Rusia y Estados Unidos, Serguéi Lavrov y Marco Rubio, debían iniciar esta los preparativos para una nueva cumbre entre los presidentes Vladímir Putin y Donald Trump, que se había acordado hacerla con base en pausa y pretendía sentar las bases y pretendía establecer las bases de Ucrania y la UE. Así lo avanzó este lunes el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, que consideró el encuentro una continuación de las conversaciones mantenidas recientemente en Alaska. El contenido de los contactos entre ambas partes iba a centrarse principalmente en la guerra en Ucrania y en la política occidental de apoyo militar y económico en Kiev. Riabkov insistió en que el encuentro de Alaska estableció “el marco de trabajo” que debe guiar las futuras negociaciones. “No tenemos alternativa: debemos basar todos nuestros esfuerzos en lo que formularon los presidentes en ese encuentro”, remarcó. El encuentro habría tenido lugar en el corazón de la Unión Europea y bajo el amparo del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, el principal aliado de Moscú dentro del bloque comunitario.