El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha recibido a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en el marco del diálogo continuado para alcanzar la paz en la guerra iniciada por Rusia hace más de tres años. El republicano almuerza con el líder de Kyiv este viernes en la Casa Blanca, en un momento en que parece haber vacilado en su promesa de entregar misiles Tomahawk al país invadido, alegando que él “también los necesita”. Horas antes, Zelenski pisaba Washington mientras Trump se achantaba, como ya hizo en Alaska, con las exigencias de Vladímir Putin, que en una conversación telefónica este jueves hizo saber al magnate que “no le ha gustado la idea” de que Estados Unidos ceda un tipo de arma nunca vista en el frente, la cual podría cambiar el curso del conflicto dadas sus características técnicas.

Zelenski ha asistido a la reunión en el Salón del Gabinete con el anhelo de que Estados Unidos dé a Ucrania el Tomahawk, un tipo de misil que reforzaría su capacidad ofensiva en profundidad dentro del territorio ruso. El arma, conocida técnicamente como BGM-109 y producida por la empresa Raytheon, puede ser lanzada desde barcos, submarinos o plataformas terrestres, y es capaz de golpear objetivos a más de 2.500 kilómetros, una distancia que supera con creces la de los sistemas que Ucrania ha recibido hasta ahora. A diferencia de los Storm Shadow británicos —con un alcance de unos 250 kilómetros— o de los ATACMS estadounidenses —de unos 300—, los Tomahawk vuelan a baja altitud y a velocidad subsónica, una combinación que podría redefinir la guerra iniciada en febrero de 2022.

"Es un honor estar con un líder tan fuerte, un hombre que ha pasado por tantas cosas y un hombre que he conocido muy bien, y nos hemos entendido muy bien", ha dicho Trump al inicio del almuerzo. El republicano ha cubierto al mandatario ucraniano de elogios, asegurando que "ha aguantado durante mucho tiempo", y ha dicho que es el momento de alcanzar la paz. Más prudente ha sido Zelenski, quien ha matizado que el primer paso es alcanzar un alto el fuego. "Trump tiene la oportunidad de poner fin a esta guerra, y ha demostrado al mundo que puede hacerlo". Ahora bien, el líder de Kyiv ha lamentado que Putin "no quiere la paz".

Los periodistas presentes en la sala no han tardado en preguntar sobre los Tomahawk, el gran tema a tratar este viernes. La actitud de Trump, en sintonía con sus declaraciones posteriores a la llamada con Putin, ha sido prudente. El presidente ha optado por no asegurar si Ucrania dispondrá de esta arma o no, y ha mostrado su deseo de que la guerra acabe sin que deba usarse. "Estamos bastante cerca de eso", ha dicho. Zelenski, que ha viajado a Washington con sus demandas muy claras, no ha desaprovechado la oportunidad para elogiar la capacidad de producción de Tomahawk de Estados Unidos y ha asegurado que Ucrania los necesita.

La insistencia de Zelenski no ha cesado y ha propuesto a Trump un intercambio de drones ucranianos por misiles estadounidenses. El mandatario ha dicho que tiene miles, pero no dispone de Tomahawks. Un periodista ha preguntado a Trump si le interesaba la oferta, cuestión a la que el magnate ha respondido afirmativamente. "Construimos nuestros propios drones, pero también compramos drones a otros, y los suyos son muy buenos", ha dicho.

Oposición frontal de Moscú

Moscú ya ha advertido antes del encuentro entre Trump y Zelenski que el envío de los misiles Tomahawk sería percibido como una acción hostil. Según ha declarado Serguéi Narishkin, jefe del Servicio de Espionaje Exterior, el movimiento “incrementaría notablemente los riesgos para la seguridad, no solo en Europa, sino a escala global”. El temor del Kremlin no es casual, puesto que el Pentágono destaca en su documentación técnica que el Tomahawk puede ser equipado con carga convencional o nuclear, y que su versión terrestre incluye variantes con ojivas de más de 450 kilos y centenares de submuniciones. Raytheon, la empresa fabricante, subraya que su versión más avanzada —el Block IV Tactical Tomahawk (TACTOM)— es capaz de cambiar de trayectoria durante el vuelo, mantenerse en suspensión durante horas y adaptar su objetivo en tiempo real.

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